Los nuevos ‘agentes’ del CSI: 20 microbios en el cadver que pueden descubrir al asesino
No estn en nuestros cuerpos. Tampoco en el entorno que nos rodea pero, cuando morimos, aparecen de repente. Una veintena de microbios acaban de revolucionar la investigacin forense, dando un paso de gigante para determinar una de las principales pistas para la resolucin de un crimen: la hora de la muerte, lo que ayudar a identificar los cadveres, descartar sospechosos, o echar por tierra coartadas basadas en la hora o fecha del calendario.
A pesar de lo que veamos en series de televisin, lo primero que dejan claro los forenses es que determinar la hora de la muerte no es posible. Podemos acercarnos, e incluso aplicar mtodos que en ocasiones resultan contraproducentes para resolver el caso. Es por eso que el Departamento de Justicia de los EEUU decidi financiar una investigacin que implic la descomposicin de 36 cadveres legados a la ciencia, en tres instalaciones antropolgicas forenses: la Universidad de Tennessee, en Knoxville; la Universidad Estatal Sam Houston; y la Universidad Mesa de Colorado.
All lograron identificar lo que parece una red de aproximadamente 20 microbios que impulsan la descomposicin universal de la carne animal en cualquier circunstancia. “Es maravilloso que existan estos microbios porque estamos abriendo una nueva rea de investigacin ecolgica”, apunta Jessica Metcalf, profesora asociada del Departamento de Ciencias Animales de la Universidad Estatal de Colorado, y responsable de esta investigacin que acaba de publicar Nature Microbiology.
La descomposicin del material biolgico muerto es uno de los procesos fundamentales de la Tierra. Los desechos orgnicos de las plantas representan la gran mayora de la materia que se descompone, y se comprende relativamente bien. Sin embargo, hasta ahora se saba muy poco de la ecologa de la descomposicin de los vertebrados, incluida nuestra propia descomposicin, a pesar de su potencial para hacer avanzar la ciencia forense. A diferencia de las plantas, los cadveres de animales estn enriquecidos en protenas y lpidos fcilmente descomponibles, pero su impacto en la biogeoqumica y la ecologa apenas se conoca.
La investigacin consisti en observar la descomposicin de los cuerpos en laboratorios en diferentes climas durante las cuatro estaciones, y 21 das despus recoger muestras de piel y suelo de cada uno de ellos.
Metcalf y sus colegas acumularon una gran cantidad de informacin molecular y genmica que luego usaron para construir una visin general de la “comunidad microbiana” o microbioma presente en cada sitio. “Esencialmente”, explica Metcalf, “qu microbios hay, cmo llegaron hasta all, cmo cambiaron con el tiempo y qu estn haciendo”.
Sorprendentemente, apunta, e independientemente del clima o del tipo de suelo, los 36 cadveres tenan los mismos 20 microbios especializados en descomposicin de cuerpos. Es ms, “llegaron como un reloj a los mismos puntos en todos los cuerpos, independientemente de todas las variables externas que se puedan imaginar”, dijo Metcalf.
Adems de identificar a estos descomponedores universales, el equipo tambin intent determinar de dnde proceda esta comunidad microbiana, ya que no estn ni en el suelo, ni en los catlogos de microbiomas de la piel, ni en los intestinos humanos, que juegan un papel fundamental en la descomposicin de los seres vivos. “Parece que son insectos los que los traen“, apunta Metcalf, a falta de ms datos. Todos los descomponedores bacterianos descubiertos fueron detectados en calliphoridaes, ms conocidas como moscas azules.
Con tcnicas de aprendizaje automtico que combinaron los nuevos datos con trabajos anteriores, Metcalf y sus colaboradores (David Carter, profesor de ciencias forenses en la Universidad Chaminade de Honolulu, y Rob Knight, director del Centro para la Innovacin en Microbiomas de la Universidad de California San Diego), crearon una herramienta que puede predecir con precisin el tiempo transcurrido desde la muerte de un cuerpo, tambin conocido como intervalo postmortem.
“Cuando se investiga el escenario de un crimen hay muy pocas evidencias fsicas que se puedan garantizar que estarn presentes en todas y cada una de ellas”, explica Carter. “Nunca se sabe si habr huellas dactilares, manchas de sangre o imgenes de las cmaras de seguridad, pero ahora sabemos que estos microbios siempre va a estar ah, y estamos hablando de escenas de muerte al aire libre, donde puede resultar muy difcil recopilar informacin”.
La directora del Instituto Nacional de Justicia, Nancy La Vigne, calific la investigacin de particularmente prometedora. “Una de las preguntas principales de cualquier investigacin de muerte es ‘cundo muri esta persona? Predecir el momento de la muerte ayuda a identificar al difunto, a determinar sospechosos y a confirmar o refutar coartadas”.
Estos hallazgos culminan ms de una dcada de trabajo de Metcalf, Carter y Knight, incluido un estudio inicial que involucr la descomposicin de ratones en diferentes suelos en un laboratorio controlado, y otros cuatro cadveres humanos en el Sam Houston.
Adems de las aplicaciones forenses Metcalf ve otras oportunidades para estos microbios. “Veo aplicaciones potenciales en las industrias agrcola y alimentaria“, dijo la investigadora, quien tiene intencin de ampliar su investigacin en este campo, incluido el estudio potencial de las diferencias en la ecologa microbiana de vertebrados grandes y pequeos. “Siento que estamos abriendo muchos caminos en ecologa bsica y el ciclo de los nutrientes”, explica.