“Les dije que no tenía tomada la decisión porque no me salía tener esa despedida” | Relevo

Dani García volverá hoy a disfrutar de la Europa League. Esa competición que tenía entre ceja y ceja desde que jugaba en el Eibar y estuvieron cerca de lograr la clasificación. No pudo conseguirlo tampoco vistiendo la camiseta del Athletic Club durante seis temporadas, pero el premio le ha llegado en Grecia, con el Olympiacos de José Luis Mendilibar. Un paso atrevido del mediocentro, que está viviendo una etapa de muchos cambios a nivel personal y deportivo, pero del que no se arrepiente. Está muy feliz en Atenas, desde donde charla con Relevo en su primera entrevista tras salir del conjunto vasco el pasado mes de junio.

Le costó tomar la decisión de salir de Bilbao e incluso sufrió momentos complicados por la presión de no saber qué iba a suceder con su futuro. Un ‘enganchón’ con Dani Vivian del que se arrepiente e incluso se avergüenza dan fe de ello, pero también la humildad que tiene para no haber querido restar espacio a Iker Muniain y Raúl García en sus despedidas. “No me sentía en el mismo escalón que ellos”, dice, renunciando al adiós de San Mamés, que tanto cariño le tiene.

Ahora prefiere ni pensar en cruzarse con sus antiguos compañeros en la Europa League. Por nivel y porque no tiene claro que fuese capaz de sostener las emociones, aunque si es en la final, que se disputará en San Mamés, hace una excepción. “Ahí iría a matarles”, bromea. Sincero, como siempre, Dani repasa estos años en Bilbao, donde alcanzó 195 partidos en seis temporadas y ganó una Supercopa de España y una Copa del Rey que nunca olvidará.

¿Qué tal por Grecia? ¿Ya estás adaptado?

La aventura, por decirlo de alguna manera, está siendo muy buena a nivel familiar, estamos muy a gusto, hemos hecho como una cuadrilla con otros españoles que juegan en otros equipos, y las tardes solemos quedar. Yo voy con la niña que tiene tres meses, los demás van con los niños al parque y estamos allí, echamos un café y demás. A nivel deportivo, tuve una lesión la primera semana de pretemporada cuando me encontraba bien, me recuperé en cinco semanas y ya empecé el segundo partido de la Liga a competir. Futbolísticamente sí que me encuentro a buen nivel, pero a nivel físico todavía se nota que no he hecho pretemporada y estoy con molestias en el gemelo.

Han sido muchos cambios: de equipo, de país, paternidad…

Sí, a ver, había días que decía mentalmente, ¿en qué te estás metiendo? Pero bueno, creo que hemos acertado con la decisión. Además, desde que me fui a Holanda con el equipo, mi mujer me dijo que la niña ya dormía toda la noche del tirón. Es una bendición porque desde entonces dormimos muy bien, más allá de alguna vez que se levanta y yo me voy a entrenar todos los días sin haberme despertado, que eso se agradece. Y luego el nivel futbolístico, me he encontrado una liga que pensaba que iba a tener menos nivel. También nosotros somos el Olympiacos, que es el equipo grande aquí de Grecia, han hecho un esfuerzo grande en hacer una plantilla buena porque es el centenario del club. Se nota que el año pasado se ganó la Conference y ahora todos los equipos como que nos tienen ganas, somos el rival a batir. Todos los partidos llevamos el peso, la mayoría de equipos se encierran atrás y cuesta ganar. De momento creo que no hemos llegado a nuestro mejor nivel a nivel grupal y estamos luchando por ello.

Te has perdido el inicio por esa lesión, pero imagino que ibas con la confianza de José Luis Mendilibar y eso tiene que dar tranquilidad.

Sí, el tema es ese, que yo, por la confianza que ha mostrado tanto el club como el entrenador en que viniese, me siento como con más obligación de dar mi mejor versión. Estoy haciendo todo lo posible para físicamente ya encontrarme bien. Es el año que más sesiones de entrenamiento estoy haciendo, que más sesiones de fisio, que más sesiones de todo para encontrarme bien porque no quiero defraudar a la gente que ha confiado en mí.

¿Se siente presión en un club gigante como es Olympiacos?

A ver, se siente porque ves a la gente alrededor cómo sienten las derrotas y las victorias. Yo tengo la suerte de que no leo nada ni me entero de nada de lo que dicen. Hablamos en castellano, en inglés en el equipo, pero de griego no te enteras de nada. Entonces es más por los gestos y los comportamientos de la gente, que te das cuenta de lo grande que es Olympiacos porque cada vez que o haces un mal partido o consigues un resultado malo, se nota la magnitud del equipo.

El jueves pasado debutaste en Europa League ante el Lyon. Creo que te hacía especial ilusión.

Sí, sí. A ver, fue un partido duro para el debut en Europa porque el Lyon es un equipazo y tiene muy buenos jugadores en el centro del campo. Pero sí, lo afronté con mucha ilusión. Me encontré bien a nivel individual, pero creo que todavía a nivel grupal nos falta un escalón para dar un mejor nivel. Ahora tenemos otro partido importante contra el Braga -esta tarde, a partir de las 18:45 horas-, y creo que es importante ya empezar a sumar de tres porque los partidos en casa van a ser clave para conseguir la clasificación.

¿Se te quedó la espinita de no poder jugar Europa con el Athletic?

El no haberlo conseguido antes, ¿no? Ahora disfruto viéndoles a ellos los partidos, pero sí que me ha dado pena el que no lo hayamos conseguido, porque creo que estuvimos siempre cerca de ello. Las espinitas son el no haber conseguido la clasificación europea antes o el poder haber ganado las otras finales de Copa que tuvimos. Pero estoy orgulloso de mi paso en Athletic y ahora lo que quiero es que se vea también aquí un buen Dani García.

¿Cuándo decidiste que ibas a salir? ¿Y por qué Olympiacos?

Con Mendi hablé mucho, aunque más sobre otras cosas que sobre el proyecto en sí. Porque aparte de ser Olympiacos y poder vivir una experiencia fuera de la liga, el que estuviese Mendi era muy importante para mí. No porque él confiase en mí, sino porque yo sé que el día a día con él es importante y es divertido. Para mí, con mi edad, ir todos los días a entrenar sabiendo que voy a disfrutar y que va a haber buena armonía, no es lo mismo que ir a un equipo que sabes que un entrenador trabaja de forma totalmente diferente. Mendi y Ernesto tienen una manera similar de trabajar en los entrenamientos, son muy parecidos, y para el jugador es muy agradable. Luego que juegues o no juegues eso te lo lo tienes que ganar tú, pero el día a día es muy importante el ir contento a trabajar. Cuando me llamó Olympiacos por primera vez no lo tenía decidido, pero sí que tenía ese run run en la cabeza. Creo que era el momento de dar un paso al lado y tanto el club -Athletic- como yo creo que teníamos las mismas dudas de seguir o no seguir juntos. Y cuando me dijeron que seguían con dudas, tomé yo la decisión. No me arrepiento porque la verdad que estamos muy contentos, tanto yo como mi mujer.

¿Tomaste la decisión de manera un poco impulsiva? La afición te tenía mucho cariño y no se pudo despedir de ti en San Mamés.

A ver, yo sentía que el último partido era la despedida de Raúl (García) y de (Iker) Muniain, y no me veía en el mismo escalón de ellos, por todo lo que han dado al club, tanto uno como al otro. El club se puso en contacto conmigo a sabiendas de que había esas dudas y me dijo que si yo tenía tomada la decisión pues que lo podía decir, pero les dije que no tenía tomada la decisión porque no me salía tener esa despedida. Tampoco necesito despedirme así para saber el cariño que me tiene la gente. Igual la gente no lo entiende pero fue una decisión mía.

¿Con quién lo hablaste?

Sobre todo con mi pareja, mis padres y mi representante. Y luego pues con mis amigos íntimos y con mi círculo intimo del equipo. Tanto Demar (Óscar de Marcos) como Lekue y Vesga, que son con los que más tiempo he pasado, sabían más o menos mi decisión en esos momentos. En alguien te tienes que apoyar, se agradece tener personas de totalmente confianza para poder hablar estas cosas. Con mi mujer teníamos ese miedo de que íbamos a ser padres, estar lejos de casa, de nuestra familia… Se ha dado así y la verdad que estamos de momento muy contentos.

¿Ganar la Copa también fue un empujón para salir?

No, no, no, eso de verdad que no. De hecho me generaba más dudas el pensar que no iba a jugar en Europa con el Athletic. Pero al tener la opción de jugarla con Olympiacos, la decisión era más fácil.

¿Echas de menos Bilbao?

Sí, es inevitable, sobre todo echo de menos a la familia y a los amigos. Lo malo son las distancias, no poder echar mano de la gente cuando tú quieres, pero creo que también el venirnos aquí con la niña recién nacida, salir un poco también de nuestro círculo, pues es como que ahora pasamos mucho más tiempo en familia, disfrutamos mucho a la niña, y son totalmente cosas diferentes. Pero claro que lo echo de menos y cada vez que puedo voy e intento exprimir las máximas horas a tope. Mi mujer siempre me dice que no paramos quietos, siempre corriendo con las maletas, pero es que tenemos que aprovechar los cuatro días que tengamos a full.

Son casi 200 partidos en el Athletic. ¿Te lo hubieses creído cuando fichaste?

Yo creo que han sido tantos partidos y tantas temporadas porque siempre he estado con el pensamiento de que estaba en un pedazo de club, en el sitio que quería estar y siempre he estado con la alerta máxima de ir todos los días a entrenar a tope porque tenía el pensamiento de que iba a venir uno mejor que yo y le iban a poner a él. Eso ha sido así en toda mi trayectoria en Athletic.

Ahora que hablas de esa mentalidad, fueron muy virales unas declaraciones tuyas en las que hablabas de ser buen suplente. Y has cumplido porque todos hablan bien.

Bueno, a ver, también sería normal que alguno hable mal porque en un vestuario somos personalidades totalmente diferentes y puede ser que a alguien no le haya gustado cosas que haya hecho o haya dicho. Pero creo que la mayoría de compañeros siempre se han llevado un buen recuerdo mío y creo que eso es importante. Yo en el mundo del fútbol cada vez que veo cómo se toman algunos compañeros el ser suplentes, las caras, los comentarios, pues ahora con mi edad me jode escucharlos. Igual yo también cuando era joven cometía esos errores, pero creo que con el tiempo se aprende, sobre todo si tomas ejemplo de compañeros que hacen buen grupo y buen vestuario.

¿No lo pasaste mal en ningún momento? Este último año con la incertidumbre de tu futuro y sin jugar mucho tuvo que ser duro.

Llevaba peor el no jugar tanto como quería que mi futuro. En algunos momentos decía, joder, estoy entrenando bien y creo que merezco jugar más, pero si el entrenador decide no ponerte es porque piensa que la mejor manera para el equipo de ganar es poniendo a otro. Tienes que aceptarlo y cada vez que te toque jugar, aprovecharlo. Pero claro que me veía con nivel para participar más, pero los resultados están ahí y el resto de compañeros están consiguiendo cosas grandísimas en el Athletic. Los que jugaban en mi puesto y los que juegan ahora están dando un nivel altísimo. Molesta no jugar, pero la mejor manera posible de afrontarlo es ir a entrenar y dar el máximo nivel.

Hubo un episodio en un entrenamiento que te hizo darte cuenta que habías llegado al límite. ¿Se puede saber qué pasó?

Yo estaba caliente también por todo lo que traía… En los rondos siempre vacilo a los que están dentro si les toreamos, pero ese día me tocó a mí que me toreasen y se riesen de mí. Me calenté y le pegué un balonazo a Vivian y nos encaramos un poco. Desde ese momento dije ‘joder, Daniel, ¿qué estás haciendo? ¿qué estás haciendo?’ Seguí todo el entrenamiento callado, me venía Demar de vez en cuando y me decía, ‘¿se te ha pasado?’ Y yo, no, no, no se me ha pasado. Y cuando bajé al vestuario me sentía tan ridículo que según entró ‘Vivi’ por la puerta le dije que me perdonase, que no tenía ningún tipo de sentido lo que había hecho. Y ya está, son momentos que llegas al calentón por todo lo que llevas detrás y al final lo pagas con gente que no tienes que pagarlo.

¿Cómo te llevabas con las críticas? Eras siempre un blanco fácil, como lo es también ahora Lekue.

En ese momento pensaba que lo llevaba bien, pero igual no tan bien como yo creía. Al final, por mucho que no leas ni quieras meterte siempre te llega que te critican. Ahora yo desde aquí también estoy viendo todo lo que pasa y que siempre es más fácil criticar a algunos jugadores que a otros. Pero bueno, es parte de estar en un gran club, en el Athletic, y tienes que convivir con ello. Siempre parece que hay dos extremos, como tú has dicho con ‘Leku’… O es Cafú o no tiene nivel para jugar en Athletic. La gente creo que con eso pierde un poco el respeto a Lekue, que lleva unas temporadas dando el nivel y sus números están ahí.

¿Crees que a un jugador como tú, más defensivo que ofensivo, se le valora menos en el mundo del fútbol?

Bueno, igual se nos valoraba más antes que ahora. Ahora creo que el fútbol va más por ser un jugador de toque, más vistoso, pero yo creo que también es el nivel que des. Un jugador defensivo, si da un nivel altísimo, claro que se le valora. Mira Zubimendi, que está haciendo unas temporadas increíbles y se le valora.

A ti te encanta defender, ¿no? ¿Disfrutas más robando que metiendo un gol?

No te voy a engañar, la verdad que sí. A mí me da igual tener que estar corriendo todo el partido y defender yo solo. Y cada vez que robo dársela a otro y que ese otro si quiere haga 20 caños, que yo voy a disfrutar de la otra manera. Por eso siempre he dicho que no le daba valor al meter goles o a dar asistencias. Creo que esa labor era importante para el equipo y yo disfrutaba haciéndolo. Y mucho, encima. O sea, yo me iba contento de haber parado contraataques o de haber secado a jugadores. Hay gente que no le gusta eso, pero a mí me gusta.

Impresiona escucharte hablar en pasado del Athletic. ¿Les estás viendo desde allí?

Estoy viendo todos los partidos. Ayer me vi repetido el del Sevilla y les estoy viendo muy bien. A principio de temporada, igual sí que les costó más el partido del Getafe, el nivel de juego del que estábamos acostumbrados, pero ahora creo que están a un nivel buenísimo. El de Roma solo vi el gol, no he visto el partido, pero creo que están a un nivel de la leche. Es difícil mantenerlo. Hay veces que no eres consciente porque tú estás dentro del equipo y estás acostumbrado a eso, pero yo ahora que veo desde aquí los partidos da gusto ese fútbol y esa velocidad.

Viste el gol de Roma e imagino que lo que pasó después, ¿no?

Sí, sí, vi los vídeos y es que no me entra en la cabeza… Como dijeron Ernesto, ‘Demar’, Ander Herrera, no me entra en la cabeza que la gente haga eso en los campos de fútbol. O sea, es momento de disfrutar del Athletic y de disfrutar de cada destino que se va. Y luego si gana el equipo, pues todavía mucho mejor y que sea una fiesta.

Uno de esos destinos podría ser Grecia en algún momento de la Europa League. ¿Te gustaría enfrentarte al Athletic?

¡Qué hostias, qué hostias! En el sorteo, por el grupo de whatsapp, me estaban diciendo estos ‘ojalá nos toque y tal’, y yo ya les decía que no les quería ver ni en pintura. No, no, no os quiero ver…

¿No les quieres ver por nivel o por lo emocional?

Primero, por nivel. Creo que sería un partido complicado, sobre todo en San Mamés. Los de mi equipo sí que querían, por ejemplo, ir a jugar allí porque tenían muchas ganas de vivir un partido en San Mamés. Y yo les decía, vosotros no sabéis lo que es eso, vosotros no sabéis lo que es jugar contra el Athletic en San Mamés. Y a nivel sentimental, creo que me podría afectar un poco jugar ese partido.

Ya sabes que en Bilbao la gente se emociona rápido y que ahora el tema es que la final se juega en San Mamés. Viéndolo desde fuera, ¿qué te parece?

A ver, siempre hemos sido así, ¿no? Echados ‘palante’ un poco. Mantener esa ilusión está bien, pero con los pies en el suelo. Ahora mismo están a un buen nivel, pero en Europa League hay equipos muy buenos y ojalá lleguen a la final. Y ojalá lleguemos también nosotros, aunque es complicado. Creo que son uno de los equipos que tienen posibilidades de llegar.

Me acabas de decir que no querías jugar contra ellos, pero la final sí la firmas, ¿eh?

Ahí ya no hay ni sentimentalismo ni nada… Ahí ya es a matarles (se ríe). Ojalá, sería un sueño y luego que gane mejor, pero de verdad que creo que esta Europa League es muy complicada. Hay muchos equipos buenos y el Athletic está entre ellos. Nosotros vamos a hacer todo lo posible, el equipo tiene experiencia en conseguir la Conference y tenemos mucha ilusión. De momento tenemos el partido contra el Braga, que es importante para nosotros sumar los tres puntos. Pero sí, eso lo firmaba ya.

Repasando un poco tu carrera en Bilbao. ¿Con qué temporada te quedas? ¿En cuál disfrutaste más?

A ver, disfrutar he disfrutado en todas, pero creo que mi mejor nivel lo he dado los primeros años con Gaizka (Garitano) y luego con Marcelino. Creo que Marcelino sacó lo mejor de mí de cosas que no hacía y Gaizka sacó lo mejor de mí de cosas que ya hacía antes. Como tú dices, de ser el defensivo, de quedarme más pendiente de lo defensivo que del ataque, pero Marcelino sacó cosas que yo pensaba que no tenía futbolísticamente. Luego con Ernesto he tenido menos minutos, pero los que he tenido creo que he estado a buen nivel y también he disfrutado mucho.

El peor momento me imagino que es fácil, ¿no? Esas dos finales de Copa perdidas…

Sí, por eso ahora cuando aquí perdemos partidos y la gente está en los infiernos, cada vez que vengo a casa le digo a Naroa, pues si viviesen aquello… Perder dos finales en casi dos semanas, eso sí que fueron momentos duros. Fue muy duro. Parecía que era más que un partido de fútbol, salíamos a la calle con miedo de que la gente te dijese algo. Pero es fútbol y ya está, ¿qué vas a hacer? Que podríamos haber jugado mejor, está claro. Pusimos todo el corazón pero poco fútbol en esas dos finales.

¿Cuál te dolió más?

A ver, está claro que al ser un derbi contra la Real, todo el mundo tenía unas ilusiones grandísimas. También el estar esperando tanto ese partido -se aplazó un año por la pandemia-, todavía hace más grande la derrota, y sí, fue un palo muy duro. Pero bueno, al final nos levantamos, hemos seguido luchando por la Copa tantos años y mira, al final se ha conseguido.

Tengo una imagen grabada tuya de la Cartuja que estás llorando desconsolado con Lekue. ¿Cómo recuerdas ese momento? No sé si sabes a quién fue el primero al que abrazaste.

No sé ni lo que hice. Creo que al primero que abracé fue a Julen y luego con Lekue también. Fue por todo lo que ha tenido que vivir estos años, más las cosas que le han pasado personalmente, lo de su padre… El ser tanto del Athletic, ser de Bilbao, no sé, es uno de mis mejores amigos y el ver a una persona así emocionada, como que me hizo a mí emocionarme más.

¿Fue más una liberación o una alegría? La gente salía de La Cartuja casi sin celebrar, exhaustos de todo lo que habían vivido allí y todos estos años.

La gente no sé si lo celebró, pero nosotros tuvimos la fiesta unos cuantos días, eh (se ríe). Yo creo que ambas cosas, igual más por todo lo de alrededor liberación, y alegría por nuestra parte. Creo que para nosotros fue ambas cosas. El primer momento es la liberación, luego ya te das cuenta de lo que has conseguido y luego ya la alegría. Por eso creo que la fiesta duró cuatro o cinco días. El tema es que luego casi el fin de semana ganamos al Villarreal. Hemos hecho historia y quedará en la memoria de todo el mundo.

No sé si ha preescrito, pero igual nos puedes contar a quién y cómo se ocurrió lo de la Txaranga por las calles de Bilbao.

Siempre estábamos diciendo que algún día habría que descansar, pero al final salía plan. Yo quería estar todo el rato con mis compañeros celebrándolo. Hicimos una comida y creo que vinieron Lekue y Vesga: ‘Oye, que hemos hablado con el Bufa y vamos a llamar a la txaranga’. Yo pensé, Joder, de puta madre, se va a montar aquí una… Habrá que ponerlo en las redes sociales para que venga la gente y lo disfrute también. Mira la que se montó sin avisar, imagínate si hubiésemos avisado.

Y llegó la Gabarra. No hay mejor manera de acabar esta charla que recordándola. ¿Con qué te quedas?

Yo sobre todo desde que entramos por Deusto hasta el ayuntamiento, un disfrute total de la gente. No sé cuántas miles de personas había, pero tanto nosotros como los que estaban fuera, o vosotros que ibais cerca nuestro, lo disfrutamos de la misma manera. Yo creo que nadie se imaginaba algo así, nos imaginábamos algo pero el conseguirlo es inexplicable. Ahora te dan como más ganas de conseguir más trofeos, da igual qué competición.

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