Blinken se reúne con Netanyahu para tratar la amenaza iraní “y la necesidad de unir fuerzas frente a ella”

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El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, inició en Jerusalén su undécima visita a la región desde el ataque de Hamas hace 382 días con una carpeta que desde entonces se va llenando de retos: reanudar la negociación de tregua en la Franja de Gaza tras la muerte del líder del grupo integrista Yahia Sinwar, mejorar la situación humanitaria en el norte del enclave palestino, frenar la intensa espiral de ataques entre Israel y Hizbulá con un acuerdo basado en la resolución 1701 del 2006 pero reforzada para que sea aplicada en el sur del Líbano, evitar que la anunciada represalia de Israel al ataque de Irán de hace exactamente tres semanas se convierta en un duelo directo imprevisible, etc.

“De camino a Israel y otras escalas en Oriente Próximo para mantener intensas conversaciones sobre la importancia de poner fin a la guerra en Gaza, devolver a los rehenes a sus familias y aliviar el sufrimiento del pueblo palestino” , escribió Blinken ante la que puede ser quizá última gira antes de las elecciones en EEUU. “En la reunión, se habló de la amenaza iraní y la necesidad de los dos países de unir fuerzas frente a ella”, reza el comunicado de la oficina del jefe de Gobierno israelí, Benjamin Netanyahu, tras dos horas y media de encuentro. Blinken, por su parte, le pidió aprovechar la oportunidad creada con la muerte de Sinwar para alcanzar un acuerdo que ponga fin a la guerra en Gaza y garantice la vuelta de los rehenes al tiempo que reiteró la necesidad de aumentar la ayuda humanitaria al devastado enclave costero.

Israel reveló hoy que el dron lanzado desde Líbano el pasado sábado (junto a otros dos interceptados) impactó en la residencia privada de Netanyahu en Cesárea y no en un edificio cercano de esta localidad norteña como se informó. La imagen difundida muestra que el aparato aéreo no tripulado no logró atravesar el blindado vidrio del dormitorio de su casa (no estaba en ese momento allí) pero en cualquier caso se puede considerar un éxito de Hizbulá que este martes reivindicó por primera vez el ataque.

“La Resistencia Islámica asume la responsabilidad completa, total y exclusiva de la operación de Cesárea contra la casa del criminal Netanyahu”, anunció el responsable de prensa del grupo chií, Mohamed Afif, en una rueda de prensa en Dahiya, en el suburbio de Beirut, que interrumpió de forma súbita tras los avisos israelíes de un inminente ataque. El énfasis de Hizbulá sobre la exclusividad del intento de acabar con la vida de Netanyahu radica en su intento de desvincularlo de Irán ante las acusaciones de Israel. En el gabinete de Jerusalén piden responder endureciendo la anunciada represalia a los misiles balísticos de Irán. También en este contexto se puede interpretar el anuncio israelí sobre el ataque contra Netanyahu abriendo la posibilidad que responda atacando líderes de su enemigo.

“El secretario de Estado estadounidense expresó la profunda conmoción de EEUU por el intento iraní a través de Hizbulá de eliminar al primer ministro de Israel y aclaró que se trata de un acontecimiento extremo y extraordinario”, indicó el gabinete de Netanyahu ante un ataque “de importancia dramática”. En este contexto, los organismos de seguridad israelíes anunciaron en el último mes la detención de 18 israelíes en cinco casos diferentes bajo la sospecha de recibir dinero de Irán a cambio de espiar e intentar asesinar a ex altos mandos, un alcalde o un científico en Israel.

Dos horas antes del aterrizaje de Blinken en el céntrico aeropuerto Ben Gurion, Hizbulá lanzó cinco proyectiles contra el centro de Israel. Mientras el ejército israelí informaba de la neutralización de cuatro y la caída de uno en zona abierta, la milicia proiraní anunció que dispararon misiles contra dos bases militares cerca de Tel Aviv y una base naval en la ciudad norteña de Haifa.

Las informaciones de al menos 20 muertos en ataques aéreos israelíes en Líbano y la Franja de Gaza, un muerto y numerosas sirenas en Israel por los proyectiles y drones de Hizbulá y las desesperadas peticiones de las familias de secuestrados aún en cautiverio de Hamas recordaron este martes a Blinken en Jerusalén la urgencia de soluciones.

A la espera de la represalia israelí contra Irán y sus posibles efectos en la región, a medio plazo parece más viable dentro de la enorme complejidad el cese de la escalada en Líbano que en Gaza donde Hamas, con la cúpula descabezada y el brazo armado casi destrozado, no varía sus exigencias para liberar a los 101 secuestrados mientras define el nuevo órgano de toma de decisiones que sustituya a Sinwar. El logro simbólico y práctico que supuso para Israel la muerte del principal responsable del 7-O despertó esperanzas en la Administración Biden sobre el fin de la ofensiva en el marco de un acuerdo de tregua ya que además le veían como principal obstáculo.

“Los negociadores árabes le ofrecieron a Sinwar una fuga a cambio de permitir que Egipto negociara la liberación de los rehenes en nombre de Hamas, pero él se negó”, indica el diario The Wall Street Journal señalando que Sinwar pidió al liderazgo de Hamas en el exterior que rechace cualquier concesión en la negociación con la esperanza de la participación de Irán y Hizbulá en una guerra regional contra Israel.

Netanyahu, que fue acusado por Hamas y varias familias de secuestrados de torpedear los intentos de tregua en los últimos meses, estaría dispuesto a “grandes concesiones” para lograr la liberación de los rehenes, informaron algunos medios locales. Por otro lado, dos de sus socios de Gobierno, los ultranacionalistas Bezalel Smotrich e Itamar ben Gvir, siguen oponiéndose al cese de la masiva ofensiva y a nuevas ideas como la que propone Egipto: un alto el fuego inicial de 12 días a cambio de varios rehenes vivos mientras se crean las condiciones para un acuerdo más amplio.

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