¿Por qué los alemanes pitaron a Cucurella durante el España 2-1 Francia? “Yo no tengo culpa de nada”
Marc Cucurella, el amor y señor del lateral izquierdo de España durante la Eurocopa 2024, fue protagonista por partida doble en el partido que la selección española acabó ganando 2-1 a Francia en semifinales.
Por un lado el defensa del Chelsea jugó un partidazo ante Francia, pero por otro se convirtió en objeto de la ira de la afición alemana que estaba en el Allianz Arena de Múnich presenciando el encuentro.
Cada vez que el futbolista de Alella tocaca el balón miles de alemanes le dedicaban una sonora pitada.
Vivian sobre los pitos a Cucurella: “Son una vergüenza”
Una mano en el área, en la que no se pitó penalti, ha convertido a Cucurella en objetivo de la afición alemana
El motivo de esta sonora animadversión germana es la jugada en la que Cucurella tocó el balón con la mano dentro del área en una jugada en la que el árbitro Anthony Taylor no pitó penalti.
Nagelsmann: “Esperaba que se pitara penalti”
Taylor y el VAR no concedieron un penalti después de que un disparo lejano de Jamal Musiala en la prórroga golpeara la mano del defensa español Marc Cucurella. En la sesión informativa previa al torneo de la UEFA sobre las manos se mostró un ejemplo específico muy similar al de Cucurella. Se dijo lo que no debería ser un penalti. “Brazo cerca del costado, apuntando predominantemente hacia abajo/verticalmente, y/o una posición detrás de la línea del cuerpo”.
La jugada encaja a la perfección en la de Cucurella: “Si los expertos dicen que no es mano, pues no lo es”.
Marc Cucurella : “Si los expertos dicen que no es mano, pues no lo es”
España acabó ganando 2-1 a Alemania en cuartos de final dejando a la selección anfitriona sin semifinales.
Marc Cucurella sobre los pitos de la afición elemana: “Son cosas que pasan, yo no tengo culpa de nada”
Preguntado sobre los pitos Marc Cucurella dijo en los micrófonos de la Cadena COPE que “son cosas que pasan, yo no tengo culpa de nada… Lo importante es que estamos en la final y ya está”.
“¿Qué ibas a hacer tú… Pitar penalti? Si te dio la pelota en la mano…”, le comentó Juanma Castaño al lateral español recordando la jugada de la polémica contra Alemania.
“No sé, no sé… No sé lo que pretendían, pero es lo que hay. Lo importante es que hemos pasado a la final”, apuntó Cucurella.
La prensa alemana condena los pitos
Medios de comunicación de Alemania han censurado los continuos silbidos de la afición local a Cucurella. Kicker, el más explícito de todos, califica la reacción de los alemanes de “vergonzosa, tonta y contraria a la idea del juego limpio”.
“Los miles de aficionados que vestían la camiseta blanca y rosa de la DFB de Alemania silbaban constantemente a Marc Cucurella. Incluso cuando sólo estaba sobre el balón para hacer contacto con él, es decir, sólo durante una fracción de segundo. Esto es vergonzoso y tonto al mismo tiempo”, refrenda.
Esto es vergonzoso y tonto al mismo tiempo
Kicker incide en que la eliminación de Alemania no es “culpa del lateral izquierdo de llamativos rizos, sino de una interpretación completamente equivocada de una regla de la mano que ha sido demasiado complicada en los últimos años” y dice que “es parte del deporte celebrar las victorias y reconocer las derrotas”.
Se están comportando de forma indigna de un anfitrión
“Quien se comporta así, que pita constantemente a un jugador que deja el corazón en el terreno de juego durante 90 minutos, no ha entendido el juego limpio y se está comportando de forma indigna de un anfitrión”, sentencia Kicker, a la vez que apostilla que “sería un gesto de espíritu deportivo si el público final en Berlín fuera consciente de ello el domingo y se comportara de forma neutral con Cucurella”.
Por su parte, la cadena de televisión NTV remarcó que “el jugador de 25 años tuvo que soportar el disgusto de los espectadores tras su mano contra Alemania en la semifinal contra Francia” y que “el defensa fue silbado y abucheado sin piedad por el público de Múnich”. El canal definió que “algunos aficionados de la ‘Mannschaft’ se revelaron malos perdedores y también malos anfitriones” y que “precisamente no tiene sentido silbarle a Cucurella”.