El Dr. Juan Justo Quintas, subdirector médico de ROC Clinic, es urólogo superespecializado en cáncer de próstata e hiperplasia benigna de próstata. Además, es autor principal o coautor en más de 25 publicaciones pubmed indexadas, en el ámbito nacional e internacional. Por otra parte, con más de 30 comunicaciones en congresos de ámbito nacional e internacional, es co-investigador de varios estudios/ensayos clínicos sobre patología prostática.
En OKSALUD, entrevistamos al doctor Justo Quintas, para abordar el cáncer de próstata. El cáncer de próstata (CaP) es el tumor maligno más frecuente en varones y constituye la tercera causa de mortalidad por cáncer en varones sólo por detrás del cáncer de pulmón y el cáncer colorrectal.
Es una enfermedad por la que se forman células malignas (cancerosas) en los tejidos de la próstata. La próstata es una glándula del aparato reproductor masculino cuya función es elaborar el líquido que acompaña a los espermatozoides en el semen. Esta, se ubica debajo de la vejiga y rodea parte de la uretra, siendo su tamaño casi como el de una nuez. Es una enfermedad que se desarrolla principalmente en varones de edad avanzada siendo menos frecuente, aunque no imposible, en varones menores de 50 años, pero su incidencia aumenta rápidamente a partir de esa edad. Además, se ha observado que es más frecuente entre los varones de raza negra quienes a menudo presentan formas agresivas de la enfermedad.
Según datos del observatorio del cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer, en 2023 se diagnosticaron 33.769 nuevos casos de cáncer y 6.011 personas fallecieron por esta causa en el mismo año.
PREGUNTA ¿Cuál es la importancia de la detección temprana del cáncer de próstata y qué métodos se podrían recomendar?
RESPUESTA. -En el cáncer de próstata, como en todas las patologías, es conveniente realizar un diagnóstico en estadios tempranos de la enfermedad con el fin de instaurar un tratamiento de la manera más precoz posible. En la actualidad, un paciente diagnosticado de cáncer de próstata en una etapa precoz (con la enfermedad localizada a nivel de la glándula) tiene altas probabilidades de curación, en la mayoría de ocasiones con un único tratamiento, bien cirugía o radioterapia. Esto es una excelente noticia, pero para ello necesitamos que el varón tome conciencia de su salud prostática y visite al urólogo.
En mi opinión la principal recomendación que le puedo dar a los varones para una detección temprana es que acudan a sus revisiones periódicas con un urólogo especialista en patología prostática. En esa revisión mediante un sencillo análisis de sangre en el que determinamos el PSA o antígeno prostático especifico podemos identificar a varones en riesgo de padecer un cáncer de próstata y solicitar las pruebas complementarias (resonancia magnética multiparamétrica de próstata) para completar el estudio. Estas revisiones se deben realizar a partir de los 45 años si se tienen antecedentes familiares de la enfermedad o de los 50 años en la población general.
P.- ¿Cuáles son los factores de riesgo más comunes asociados con el
desarrollo del tumor?
R.- Tradicionalmente se ha considerado que el varón no podía cambiar nada para prevenir el cáncer de próstata puesto que los principales factores de riesgo asociados no son modificables. Estos son, la edad, cuantos más años cumplimos, más riesgo tenemos de padecer esta enfermedad y si bien nos gustaría, no podemos dejar de cumplir años. Otro factor no modificable es la raza, siendo los afroamericanos y raza negra los que padecen más cáncer de próstata y de mayor agresividad. Por último, el tercer factor más asociado y que tampoco podemos modificar es la herencia genética que hace que un varón, tenga 4 veces más probabilidades de padecer un cáncer de próstata si tiene un familiar de primer grado diagnosticado de la enfermedad.
Si bien estos factores como decía no son modificables, cada vez hay más estudios que parecen identificar otros factores sobre los que si podemos actuar. Se cree que las dietas ricas en grasas animales y pobres en verduras aumentan el riesgo de padecer la enfermedad, por lo que una dieta mediterránea y equilibrada parece prevenir la misma. Además, parece que la obesidad aumenta el riesgo de tener cáncer de próstata y su agresividad por lo que la realización de ejercicio físico regularmente puede ser un factor protector del cáncer de próstata. Por último, debemos destacar que, aunque hay poca evidencia, se cree que las prostatitis de repetición y la infección por Trichomonas vaginalis podría aumentar el riesgo de cáncer de próstata.
P.- ¿Qué síntomas suelen presentarse en las etapas iniciales y por qué a
menudo se pasan por alto?
R.- El cáncer de próstata cursa de manera asintomática en la mayoría de los pacientes en las fases iniciales de la enfermedad. Es por ello de vital importancia que el varón acuda a las revisiones de rutina para poder
diagnosticarlo de manera precoz en esa fase asintomática, localizada y por tanto curable. Por desgracia, cuando los pacientes acuden a nuestra consulta por síntomas realmente asociados al cáncer de próstata, en muchas ocasiones, la enfermedad ya está avanzada y su manejo será más complejo y con menos posibilidades de éxito en términos de curación.
Si bien síntomas como la hematuria o sangre en la orina, hemospermia o sangre en el semen, o síntomas que alteran la calidad miccional (chorro flojo, entrecortado, goteo, nicturia, incontinencia…) se pueden asociar al cáncer, también están presentes de manera mucho más frecuente en otras enfermedades urológicas como la hiperplasia benigna de próstata, por lo que padecer estos síntomas no es sinónimo ni mucho menos de padecer un cáncer y lo que deben es llevarnos a consultar a un especialista en patología prostática para que sean correctamente evaluados.
P.- ¿Qué avances recientes en el diagnóstico y tratamientos han
demostrado ser más efectivos?
R.- En la actualidad vivimos un momento apasionante en todos los campos del cáncer de próstata. La biopsia de fusión software o con microultrosonidos en el diagnostico, nos permite tomar muestras prostáticas dirigidas guiadas por imagen, no sólo por la resonancia magnética nuclear multiparamétrica de próstata (RMN mp), sino también por PET RMN PSMA, que es una prueba nuclear con la capacidad de identificar el cáncer con niveles más bajos de PSA y por tanto en un estadio más incipiente de la enfermedad.
Pero no sólo en diagnostico hay novedades, el tratamiento también está cambiando en todos los estadios de la enfermedad. La principal novedad de tratamiento cuando la enfermedad está localizada en la próstata es la terapia focal. Este tratamiento, busca tratar únicamente el foco tumoral y curar el cáncer como los tratamientos radicales tradicionales (cirugía y/o radioterapia) minimizando los posibles efectos secundarios de estos (incontinencia urinaria, disfunción eréctil…). Este es un tratamiento que se realiza de manera ambulatoria, muy bien tolerado por el paciente.
Además, en el tratamiento quirúrgico radical el establecimiento de la cirugía robótica como estándar de tratamiento ha conseguido que realicemos la extirpación de la glándula prostática con procedimientos mínimamente invasivos que aportan muchas ventajas para el paciente. Estas cirugías han demostrado disminución del dolor, del sangrado intraoperatorio, una recuperación precoz de la actividad normal y en manos de cirujanos expertos minimizan la posibilidad de efectos secundarios en términos de disfunción eréctil e incontinencia urinaria.
La radioterapia como opción de tratamiento radical también ha evolucionado muchísimo en los últimos años siendo capaz de administrar la radiación de manera mas precisa con menos efectos secundarios.
P. ¿Cómo decidir si un paciente debe optar por un tratamiento activo,
vigilancia o intervenciones más invasivas?
R.- Lo primero que debemos entender es que no todos los canceres de próstata son iguales. En función de una seria de características, como son la agresividad (Gleason), localización y extensión del tumor o el nivel de PSA, los especialistas debemos clasificar a los pacientes en grupos de riesgo de que la enfermedad pueda dar metástasis y afectar a la supervivencia del mismo. En función de esa clasificación podemos decidir de manera individualizada y consensuada con el paciente en base a sus características individuales (edad, comorbilidades…etc.) cuales son las mejores opciones de tratamiento. Así, de manera genérica, aquellos tumores que presenten características más favorables se pueden beneficiar de un programa de vigilancia activa, en el que no tratamos la enfermedad, si no que la vigilaremos de manera estrecha y sólo la trataremos si cambian las condiciones del juego. Por el contrario, para aquellos canceres más desfavorables buscaremos el tratamiento activo bien con terapias focales (menos invasivas) o radicales como puede ser la prostatectomía radical o extirpación quirúrgica de la glándula prostática.
P.- ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta un paciente durante el tratamiento del cáncer de próstata?
El principal desafío bajo mi punto de vista es aceptar la enfermedad y sus posibles consecuencias. Cuando recibimos una noticia de ese calado, lo más frecuente es refugiarnos en la negación, pensar que eso no nos puede pasar a nosotros. El tiempo y la ayuda de los facultativos para entender la enfermedad es fundamental para afrontarla. Se debe acompañar al paciente y su familia en este proceso y hacerle entender el curso de su enfermedad. Una vez pasado este primer escalón de aceptación, los desafíos son muy variados y dependientes del estadio de la enfermedad. Aquellos con mejor pronostico en el momento del diagnóstico, saben que esta enfermedad es curable si bien en el camino se pueden ver afectadas funciones tan importantes como la capacidad eréctil o la continencia urinaria con el impacto que esto tiene en su calidad de vida. En este sentido hay que mandar un mensaje tranquilizador porque existen alternativas para tratar estos efectos secundarios. Para aquellos cuyo pronostico inicial sea más desfavorable, deben enfrentarse al desafío de luchar contra la enfermedad paso a paso, día a día, prueba a prueba con la mayor entereza posible. Destacar que para ese acompañamiento del paciente no sólo estamos los urólogos/oncologos sino que existen otros profesionales y asociaciones que aportan gran valor para afrontar la enfermedad.
P.- ¿Qué investigaciones están en curso en ROC Clinic que podrían
beneficiar a los pacientes con cáncer de próstata?
R.- En la actualidad tenemos abiertas varias líneas de investigación en patología prostática tanto en diagnostico como en tratamiento e investigación básica. Participamos de ensayos clínicos multicéntricos y trabajos propios en nuevas técnicas diagnósticas de biopsia con microultrasonografía y de fusión no solo con la imagen de la resonancia magnética (RMN) si no también con PET-RMN PSMA.
En el campo del tratamiento, disponemos de estudios y publicaciones recientes sobre diferentes plataformas quirúrgicas robóticas o tratamientos con diferentes formas de terapia focal en cáncer de próstata. Además, en consonancia con el servicio de oncología de nuestro centro, participamos en ensayos clinicos de nuevas moléculas para la enfermedad metastásica o avanzada.
Por último, pero de gran relevancia a mi juicio, estoy desarrollando un proyecto muy ilusionante de investigación básica junto con el Dr. Juan Francisco Rodríguez Moreno (oncólogo medico HM hospitales) en el que creamos en el laboratorio organoides clones de tumores a partir de la muestra de un paciente en los que probar diferentes moléculas para ver la respuesta a las mismas. Consiste en tener una biblioteca de diferentes tumores sobre los que experimentar sin tener que hacerlo sobre el propio paciente. Esto nos permite no sólo trabajar de forma exponencial con muestras obtenidas in vitro sino estudiar las características intrínsecas de cada tumor y entender porque puede responder a una determinada molécula.
P.- ¿Cuál es su visión sobre el futuro del tratamiento y la gestión del cáncer de próstata?
R.- Mi visión es tremendamente positiva y alentadora. Los pacientes de cáncer de próstata deben ser optimistas porque vivimos momentos muy dulces en esta enfermedad. El desarrollo en técnicas de diagnóstico precoz, nuevas opciones de tratamiento para la enfermedad localizada y moléculas que mejoran la supervivencia en la enfermedad avanzada hacen que cada día seamos capaces de diagnosticar y tratar más y mejor a nuestros pacientes con el objetivo de curar a más personas y disminuir la mortalidad asociada a esta patología. Pero eso no es todo puesto que cada día conocemos nuevos avances, moléculas, aplicación de inteligencia artificial a la medicina y oncología, desarrollo de genómica para buscar el tratamiento de precisión individualizado a cada tumor y estoy convencido de que todo lo mejor esta aun por llegar.
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