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Lenovo Legion Go, análisis – review con características, precio y especificaciones

  • La pantalla es enorme y el hardware es puntero, pero lo que más llama la atención son las posibilidades jugables

  • Es un PC consolizado con espíritu de Nintendo Switch y un ratón escondido para jugar a shooters y juegos de estrategia

Los PC consolizados no son nada nuevo. Hace años se intentó con la creación de las Steam Machines y, aunque la idea no cuajó, diferentes empresas recogieron el testigo para lanzar ordenadores gaming de sobremesa con un acabado de consola. Los Intel NUC son un ejemplo, pero hay muchos otros. Y todo evolucionó con el lanzamiento de una Nintendo Switch que demostró que el formato portátil estaba preparado para ofrecer experiencias típicas de los equipos de sobremesa.

Aunque la primera idea de Valve con sus ‘machines’ no funcionó, la película fue totalmente diferente con el Steam Deck. De nuevo, no inventaron ese formato de PC con forma de consola portátil, pero está claro que fue el pistoletazo para que empresas como Asus -con el ROG Ally y el más reciente ROG Ally X- o MSI con su Claw se animaran a dar el salto.

Lenovo también se animó a entrar a este mercado, pero su apuesta fue diferente. El Lenovo Legion Go llegó con una potencia extrema, pero también algo que considero más importante: formas de jugar que ningún otro competidor ha igualado en este tiempo. Y te vamos a contar nuestra experiencia y todo lo que pensamos del Lenovo Legion Go en este análisis tras unos meses disfrutando de sus posibilidades.


Ficha técnica de la Lenovo Legion Go

Lenovo Legion go

TAMAÑO Y PESO

210 x 131 x 20,1 mm

Pantalla con mandos – 854 gramos

Sólo pantalla – 640 gramos

PANTALLA

Pantalla IPS de 8,8 pulgadas

Resolución de 2.560 x 1.600 píxeles

Relación 16:10

Multitáctil de 10 puntos

Brillo de 500 nits

DCI-P3 del 97%

Refresco de 60 o 144 Hz

Gorilla Glass

PROCESADOR

AMD Ryzen Z1 Extreme

Arquitectura Zen 4 de cuatro nanómetros

8 núcleos / 16 hilos

Frecuencia de hasta 5,10 GHz

Caché total de 24 MB

GPU

Integrada AMD Radeon

Arquitectura RDNA 3

12 CUs y frecuencia de hasta 2,7 GHz

4 GB VRAM

RAM

16 GB LPDDR5 a 7.500 MHz

ALMACENAMIENTO

512 GB PCIe 4 NVMe

Ampliable mediante microSD UHS-II

CONTROLES y botones

Controles separables

D-Pad

Botones ABXY

Gatillos L y R, bumpers L y R

Sticks analógicos

Botón de menú y select

Botón de Legion Space

Botón de centro de control

Cuatro botones traseros personalizables

Dos botones extra en mando derecho

Sensor óptico

Botón de reposo

AUDIO

Dos altavoces superiores

ALIMENTACIÓN Y BATERÍA

Batería de 49,2 Whr de dos celdas

Adaptador de 65 W

Conectividad inalámbrica

Wifi 6E

Bluetootn 5.1

CONECTIVIDAD física

Jack de 3,5 mm

Dos USB-C 4.0

SOFTWARE

Windows 11 Home

PRECIOS

799 euros

Lenovo Legion Go – Consola Portátil Gaming 8.8″ WQXGA (AMD Ryzen Z1 Extreme, 8C, 16GB RAM, 512GB SSD, Tarjeta Gráfica Integrada, Windows 11) Negro, Sistema de enfriamiento Legion Coldfront

* Algún precio puede haber cambiado desde la última revisión

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Versatilidad total

Cuando ves la Legion Go por primera vez, lo más fácil es pensar que se trata de un sistema más como tantos otros han ido apareciendo estos últimos años. Es grande, con una pantalla enorme y con los sticks asimétricos, como la ROG Ally, pero también cuenta con un touchpad y una cruceta más tradicional, como la Steam Deck. Hay que hablar de la cruceta, pero lo haremos más adelante.

La pantalla es absoluta protagonista en su frontal, así como la iluminación bajo los sticks y si empezamos a girar el dispositivo, tenemos un grosor considerable debido a las numerosas ranuras de ventilación. Pero si algo destaca es que es gigantesca y pesa lo suyo. Son 852 gramos, un peso superior a los 608 de la ROG Ally, los 669 de la máquina de Steam o los apenas 420 gramos de la Switch OLED.

Sin embargo, considero que está construida de forma muy inteligente y, en la mano, es realmente cómoda. Nadie le quita los casi 30 centímetros de extremo a extremo, pero la parte trasera de los controles, donde agarramos, tienen un acabado muy ergonómico que hacen que sostenerla no sea tan aparatoso como parece. De hecho, me siento más cómodo con la Lenovo Legion Go entre manos (por lo bien que los controles llenan la palma de mis manos) que con la Nintendo Switch o la ROG Ally.

Evidentemente, dependerá del tamaño de cada mano, pero considero que tengo unas manos… normales (ni muy grandes ni muy pequeñas) y no tengo queja agarrando este dispositivo. Los pulgares caen a la perfección sobre los sticks, la pulsación de los botones es fantástica, con un muy buen feedback al usuario y mi queja es que, quizá, los botones A, B, X, Y están demasiado en el extremo.

Es interesantísimo la flexibilidad total a la hora de jugar gracias a unos mandos que ofrecen más posibilidades de las que aparentan

La primera semana de uso es algo que no noté, pero a medida que pasa el tiempo y juegas a títulos de lucha o plataformas en los que el pulgar de la mano derecha toca menos el stick, tengo que hacer un gesto extraño con la mano para adecuar bien el sistema y que el pulgar quede a la medida ideal de los botones. Es un pequeño “pero”, ya que en otros sistemas es mucho peor (Steam Deck), pero es algo que estaría bien solucionar de cara a una siguiente generación.

Lo que me fascina es lo cómodos que son tanto los gatillos como los bumpers. Los cuatro botones son alargados y la pulsación es de lo más satisfactoria. Y en la parte trasera… bueno, hay un montón de cosas en la trasera. Cada control tiene dos botones dispuestos de una manera única en el izquierdo y derecho, pero el derecho, además, tiene como una rueda. En la parte inferior vemos un sistema óptico como el de un ratón porque, efectivamente, es un ratón. Y en el lateral de este mando derecho tenemos otros dos botones.

El Lenovo Legion Go no es un PC consolizado con forma de consola portátil más, sino que es una mezcla entre:

  • Steam Deck
  • Nintendo Switch con controles que se separan
  • Y… ¿ordenador portátil con ratón aparte?

Cuando separamos los mandos (pulsando un botón en la parte inferior de cada uno de ellos), podemos poner la ‘tablet’ en cualquier superficie gracias a la patilla que desplegamos de su trasera. Como si fuera la propia Switch o un equipo Surface. Eso permite jugar como a la consola de Nintendo, por ejemplo, con la pantalla en la mesita del tren mientras sujetas cada mando con una mano.

Es una versatilidad que no ofrecen muchos sistemas en este momento, pero además se puede ir un paso más allá al poner el mando derecho en ‘modo FPS’ para, gracias a una pequeña base imantada que viene en el paquete, usarlo como si fuera un ratón vertical. Como dije, el lateral de ese mando tiene los botones dispuestos de forma distinta al mando izquierdo, y el motivo es que los botones R1 y R2 se remapean automáticamente para que sean los traseros y funcionar como el clic derecho e izquierdo del ratón.

Creo que lo mejor es ver cómo funciona para que tengas una mejor idea de esta posibilidad, ya que puede sonar extraña al principio si no has visto el sistema antes:

Y es extraño, ya que en este modo FPS, los botones traseros se sienten genial y caen bien en la mano, pero cuando el mando derecho está acoplado para jugar en modo portátil, muchas veces termino realizando pulsaciones involuntarias. Es cuestión de acostumbrarse o deshabilitar estos botones en este modo, pero podrían haber tenido otro tipo de solución. Y la rueda que mencionaba funciona como te lo esperas: es como la rueda central de un ratón convencional.

En el vídeo que tienes sobre estas líneas, también puedes ver esas pulsaciones involuntarias en el mando izquierdo. Doy a los botones traseros sin querer y abro el menú en medio de los combates, lo que obliga a jugar con un gesto raro. Al final, terminas remapeando esos botones para que hagan otra cosa. Y algo raro es que, el mando derecho en modo FPS hace que tanto el stick como los pines de conexión se claven en la palma.

No es molesto, realmente, pero sí es una sensación extraña porque no puedes agarrar el mando como te gustaría. Es algo difícil de solucionar porque, al final, Lenovo está otorgando muchas posibilidades distintas para jugar y solucionar esto en diseño es complejo.

Antes de hablar de la pantalla, tengo que decir que, aunque los materiales se sienten de calidad tanto en los plásticos como en la goma de los sticks, atrapa las huellas que da gusto, sobre todo cuando tenemos más grasilla en las manos o sudamos algo más debido a la temperatura ambiental. Y lo que definitivamente cambiaría es el mecanismo de acople/separación de los controles.

En Switch es de lo más simple, ya que es un carril por el que dejamos caer el Joy-Con, pero en este Legion Go debemos alinear los pines y desplazar un poco cada control hacia arriba para anclarlos. Durante estas semanas, no me he sentido cómodo en ningún momento con este sistema, pensando siempre que algo podría haber ido mal y que me quedaré con un mando en una mano y la consola en la otra. No ha ocurrido, pero tampoco hay un ‘clic’ que indique que todo ha encajado como debe ni un indicador visual en la pantalla.

Pero lo que creo que, definitivamente, habría que pulir de cara a una siguiente generación es la sensación de ‘calidad de construcción’ cuando los controles están pegados a la pantalla. Antes mencioné que me parece un dispositivo cómodo pese al peso, pero también es cierto que, al menos en mi unidad y como ocurre con Nintendo Switch, siendo algo de holgura en los controles. Es esa sensación de que algo de 800 euros se va a desmontar o lo puedo doblar y, aunque habría que ser bastante burro para hacerlo, es un regustillo que se ha mantenido en mi mente desde el primer hasta el último día.

Y otro detalle a mencionar, pero en esta ocasión para bien, es la funda de transporte. Llevar una máquina así sin protección es algo que no concibo, pero afortunadamente las compañías están haciendo un buen trabajo en este sentido, ofreciendo buenas fundas que vienen de serie cuando compras la máquina. En este caso, es rígida por fuera y bien acolchada por dentro, con espacio extra para cables y el soporte del mando derecho en el modo FPS. Además, y esto me ha encantado, podemos cargar la máquina sin sacarla de la funda gracias a una pestañita que da acceso al USB inferior.

Esto tiene su miga porque, si bien la opción es genial, en varias ocasiones he visto que Windows se ‘despertaba’ al cargar la máquina y estaba dentro de la funda con el ventilador expulsando aire caliente. Es un cóctel que no me gusta y que es uno de esos errores que Windows tiene en sistemas portátiles y que siguen sin solucionar debido a la aleatoriedad del mismo.

Ahora sí, vamos con la pantalla. Hay varios apartados en los que Lenovo ha conseguido destacar con su máquina y, pese a que el panel no es OLED (algo que Asus sí monta, así como la Steam Deck OLED), tengo que decir que este panel IPS está muy bien calibrado, ofreciendo unos colores intensos, unos muy buenos ángulos de visión y una experiencia genial en general.

Este elemento es el culpable de las dimensiones de la máquina debido a una diagonal de 8,8 pulgadas. Es enorme, más que las 7 pulgadas de la ROG Ally y las 7,4 pulgadas de la Steam Deck OLED y es algo que agradezco muchísimo en mis partidas. Uno de los problemas que suelen tener los juegos en estos sistemas es que no se piensan para estas diagonales, sino para pantallas mucho mayores (como las de un portátil o la de un monitor).

Aunque hay juegos que permiten jugar con opciones de reescalado del texto, se sigue viendo pequeñito en muchas ocasiones. Cuantas más pulgadas, mejor para estos casos y para disfrutar más de la potencia que la máquina puede ofrecer, pero evidentemente es algo que juega en contra de la portabilidad (y de la batería, pero ya llegaremos a eso).

Tiene acabado brillante y las huellas se marcan a la mínima

Por lo demás, las especificaciones son tan abultadas como las propias dimensiones: resolución de 2.560 x 1.600 (una relación de aspecto 16:10), pantalla táctil con protección Gorilla Glass, 97% del espectro DCI-P3, refresco fijo de 60 o 144 Hz y 500 nits de brillo. Es una de las mejores pantallas en un dispositivo portátil de este tipo y, aunque los colores OLED de la competencia son inalcanzables, sobre todo por la profundidad de los mismos, es una pantalla extremadamente cómoda.

Pocas veces jugaremos a la resolución nativa no porque la máquina no pueda, sino porque la batería ya va bastante justa como para, además, hacer que los juegos se ejecuten a esa altísima resolución. Si juegas con el cable de corriente enchufado, ahí no hay dudas: jugar a la resolución nativa nos ofrece una experiencia brutal gracias a una enorme densidad de píxeles.

Altavoces con una ubicación mejorable

Y para acompañar la experiencia visual, tenemos los altavoces. Aquí la cosa cambia y lo mejor que puedo decir es que, afortunadamente, tenemos tanto Bluetooth para auriculares externos como jack para conectar unos por cable. El volumen de la Lenovo Legion Go es decente y cumple, pero el problema es que la ubicación no es la acertada.

Estando ambos en la parte superior, el sonido se proyecta lejos de nuestros oídos, por lo que la experiencia está lejos de ser óptima. No se pueden colocar en los mandos porque, al separarlos, el audio se mandaría por Bluetooth y habría problemas de latencia y, sobre todo, de autonomía de cada control, pero puestos a hacer una consola enorme, habría sido mejor colocarlos en algún punto de la zona inferior del frontal, bajo la pantalla.

Como digo, no es un drama debido a que podemos jugar con auriculares y para ciertos juegos, el sonido no es tan fundamental, pero no me imagino jugar a algo como ‘Hellblade 2’, por poder un ejemplo reciente con muy buen sistema sonoro, en la Legion Go sin auriculares.

Windows 11 y un software propio con luces y sombras

En un anuncio de hace un tiempo se dijo eso de “la potencia sin control no sirve de nada”. Aplicado cualquier dispositivo, podemos traducirlo como que da exactamente igual si tiene el hardware más potente del mercado, ya que si el software no acompaña, la experiencia no será la más óptima.

En los PC consolizados estamos viendo que Windows es el sistema operativo por excelencia. Steam Deck usa su propio sistema y es, precisamente, el elemento más aplaudido de la máquina debido a lo bien integrado que está todo y a que tenemos una experiencia ‘de consola’ que es genial, a la vez que una interfaz de escritorio muy bien adaptada al tipo de dispositivo que es.

En los que montan Windows, la cosa es diferente. Por un lado tenemos Windows y podemos controlar el PC como si fuera un portátil. Las fuentes son pequeñas, aunque la pantalla táctil ayuda en ciertas cosas el control no es lo más óptimo y en este caso tenemos el touchpad, pero al final todo es muy pequeño y si escalas la imagen, prácticamente no cabe nada en pantalla.

Por otro lado, tenemos el hardware propietario de Lenovo que se divide en dos. Hay una especie de launcher que podemos configurar para que sea la vista por defecto del sistema (siempre con Windows 11 debajo, recordemos) y es el que nos va a permitir lanzar los juegos y acceder a las tiendas. Funciona bien y es fluido, pero el problema es que hay mucha publicidad de tiendas que no tenemos instaladas y no se siente como una visión exclusiva de tu contenido.

En esa aplicación podemos realizar diferentes ajustes del dispositivo y los modos de juego, pero en cualquier momento (dentro de un juego o dentro de la visión de Windows 11) es posible abrir un panel lateral que nos permite controlar opciones de conexión, volumen, brillo de pantalla, el refresco de 60 o 144 Hz, los modos de consumo o la resolución.

También es posible ver los parámetros de rendimiento, elegir si queremos mostrar esta información dentro de los juegos o el control del ventilador. Es algo que funciona bien… ahora. De lanzamiento, había algunos problemas a la hora de cambiar la resolución, ya que había veces que mostraba el cambio efectuado, pero dentro del juego no se notaba ninguna diferencia. Por ejemplo, estar en un título en modo ‘Silencioso’, cambiar a ‘Rendimiento’ y que los ventiladores empiecen a soplar más, pero que realmente no mejore ni un frame por segundo.

Tocaba reiniciar el juego y arrancarlo en modo ‘Rendimiento’ para que ese cambio tuviera efecto. Y algo parecido pasaba con el cambio de 60 a 144 durante la partida, ya que podíamos ir a 144 Hz sin problema, pero si queríamos volver a 60, había que conectar el cable de corriente. Es algo que no tenía mucho sentido y errores como estos había unos cuantos. Afortunadamente, si se compra ahora muchos de ellos han sido resueltos mediante actualizaciones.

Precisamente, eso es algo muy positivo a destacar, ya que Lenovo parece muy comprometida con el sistema. Hay compañías que lanzan un dispositivo, arreglan unos cuantos bugs durante la primera semana y luego lo dejan libre en la naturaleza. No es algo que esté pasando con este Legion Go, puesto que desde su lanzamiento hemos visto diferentes actualizaciones que han ido arreglando una serie de problemas (tanto del software propietario como de la BIOS) para que la experiencia con el dispositivo sea más satisfactoria.

El Product Manager está informando oportunamente tanto de esos cambios de firmware como de algunas soluciones de hardware defectuoso que se ha producido en ciertas unidades. Es algo que se puede seguir con total transparencia en Reddit, no es algo muy habitual y lo cierto es que es agradable ver este nivel de dedicación con un dispositivo que ya ha sido lanzado.

Un rendimiento bestial

Pero bueno, es el momento de pasar a lo que más tiempo nos ha llevado y a lo que más claro deja que estamos ante una auténtica bestia: el rendimiento. El hardware es muy similar al que montan competidores como al ROG Ally y es de lo más potente que podemos encontrar en el segmento portátil.

El SoC es el AMD Ryzen Z1 Extreme. Tiene un procesador de 8 núcleos y 16 hilos a 5,1 GHz de máxima con una GPU a 2,7 GHz y arquitectura RDNA 3. Esto es interesante porque permite las últimas implementaciones de FidelityFX FSR, lo que permite renderizar a una resolución nativa menor los juegos compatibles, pero sacar una imagen escalada a una mayor resolución sin evidentes problemas de artefactos en la imagen.

Tiene otras características, como diferentes filtros de sombreado y eliminación de ruido que, al final, se traducen en lo mismo: renderizar el juego en resoluciones nativas más bajas, por ejemplo a 800p, para consumir menos recursos, pero ofreciendo una salida a 1.600p.  Está acompañada por 16 GB de memoria RAM LPDDR5 a 7.500 MHz y el almacenamiento es PCI de cuarta generación.

El problema es que viene sólo con 512 GB y sí, podemos ampliar mediante microSD, pero en una época en la que los juegos ocupan cada vez más y más, considero que los fabricantes deberían introducir, mínimo, 1 TB en este tipo de sistemas portátiles. Puedes ampliarlo por tu cuenta cambiando el SSD, pero no es un proceso tan sencillo como en otras máquinas, ya que el que viene de serie tiene una funda térmica que hay que quitar y no está tan a la vista como en una Steam Deck.

Dicho esto, vamos con los resultados de los test. En todos los juegos utilizados hemos ido variando tanto la resolución nativa de renderizado como el modo de consumo, pero hemos dejado que sea el juego el que detecte los ajustes recomendados. Esto es algo importante porque son unos resultados orientativos y cada uno puede personalizarlos toqueteando sombras, filtros, etcétera.

Lo que sí hemos desactivado manualmente en caso de que el juego lo aplicara automáticamente es el trazado de rayos, ya que es algo con lo que estas máquinas aún no pueden trabajar bien. A continuación, te dejamos los resultados de los test sintéticos en los juegos que implementan un benchmark:

Benchmarks

Modo silencioso 1.600p

modo equilibrado a 1.600p

Modo rendimiento 1.600P

Modo Rendimiento enchufado a corriente 1.600P

Cyberpunk 2077 AUTODETECCIÓN –

13,2

28,3

41,2

47,2

Horizon Zero Dawn Autodetección – Medio

13

38

50

50

Red Dead Redemption 2 AUTODETECCIÓN – Bajo

12

29,3

40,1

44,6

Far Cry 6 AUTODETECCIÓN – Alto

14

35

46

50

Es curioso que los resultados tienen poco que ver con los de la ROG Ally. Llevando el mismo SoC AMD, el cambio de resolución de pantalla y la gestión del software de cada máquina hace que tengamos resultados distintos. Por ejemplo, ‘Cyberpunk 2077’ rinde mucho mejor en la máquina de Lenovo. Lo mismo pasa con ‘Horizon Zero Dawn’, pero en ‘Red Dead Redemption 2’ sólo rinde mejor en modo rendimiento a máxima resolución y en ‘Far Cry 6’, el título menos exigente del test, es peor en todos los modos si comparamos con los resultados del ROG Ally.

Como digo, lo que esto me indica es que cada máquina gestiona el software de manera distinta y ese programa propietario que controla los diferentes modos de rendimiento consume unos recursos distintos. También tiene muchísimo que ver la gestión que hace cada juego.

Ahora, vamos con las pruebas de gameplay en una partida normal y corriente. Aquí es donde el Lenovo Legion Go demuestra que es una auténtica bestia:

media de fps en gameplay

Modo equilibrado a 1.600p

MODO Rendimiento A 1.600P

MODO Rendimiento  800P

Modo Rendimiento a 1.200p

modo Rendimiento a 1.600P enchufado a corriente

Spider-Man AUTODETECCIÓN – MEDIO sin RT

26

32

62

33

34

Cyberpunk 2077 AUTODETECCIÓN – BAJO sin RT

23

33

50

41

45

Control AUTODETECCIÓN – Medio sin RT

36

51

52

51

59

Death Stranding – Máximo

30

54

63

55

61

Ori and the will of the wisps – equilibrado

64

90

113

104

92

RED DEAD REDEMPTION 2 AUTODETECCIÓN – Bajo sin rt

24

35

59

48

39

FORZA HORIZON 5 AUTODETECCIÓN – BAJO

38

59

99

71

63

Como vimos en su día con la máquina de Asus, cambiar la resolución o los modos de rendimiento no siempre se traduce en una mejora proporcionada del rendimiento. Como decía hace unas líneas, tiene mucho que ver con la forma en la que cada juego maneja los recursos del hardware. Al final, esto no deja de ser un PC y no está tan optimizado como puede estarlo una consola o la propia Steam Deck con algunos títulos.

El modo ‘Equilibrado’ es el que más sufre con ciertos juegos debido a que tiene menos potencia de la que rascar y, además, lo probamos a la resolución máxima. Hay muchos títulos que no son jugables y en modo ‘Rendimiento’ a 1.600p nativos tampoco es que sean una fiesta. Por ejemplo, ‘Spider-Man’ nos da una media de 32 fps en ese modo, pero en ciertos momentos por la ciudad hay caídas severas que afectan a la experiencia. A 1.200p, la media es la misma, pero es mucho más estable.

Mi recomendación con este tipo de máquinas es jugar a la mínima resolución a esos juegos muy exigentes. En este caso, son 800p, que por las 8,8 pulgadas sigue dando una buena densidad de píxeles y, si tiene herramientas de FSR, aplicarlas para mostrar una resolución de salida más alta. En títulos menos exigentes, como puedeN ser un ‘Ori and the Will of the Wisps’ o un ‘No Rest for the Wicked’, sí podemos subir la resolución de renderizado.

Y como mencionaba, aunque la experiencia en 800p en modo ‘Rendimiento’ es buena con prácticamente cualquier juego, recomiendo ir jugueteando con los ajustes y probando lo que vamos cambiando para conseguir la tasa de frames más óptima o con la que nos sintamos más cómodos. La potencia está ahí y es algo que demuestra el modo conectado a la corriente, pero hay que toquetear los parámetros.

Sobre la disipación, a lo largo de estos meses he tenido una buena experiencia. Es una máquina que se calienta en modo de máximo rendimiento cuando estamos conectados a la corriente. En ese escenario, superar holgadamente los 90 grados en cada juego y si jugamos desenchufados, la temperatura baja un poco. En el modo equilibrado, las temperaturas son mucho más agradables y no he visto que pasen de los 75 grados.

Lenovo ha incluido un buen sistema de disipación tanto por el tamaño del ventilador (buenas salidas de aire y una generosa entrada en la trasera) como por los elementos disipadores internos, con protecciones térmicas en todos los componentes clave. Cuando necesita soplar, sopla y se nota el sonido, pero no es algo molesto.

Mi modo más habitual de juego (‘Equilibrado’ a 800p) es tremendamente silencioso. El ventilador está trabajando, pero a unas RPM justas como para no ser apreciado con el propio volumen de los altavoces o el ruido ambiente. Muy buenas sensaciones con esto teniendo en cuenta que empecé a probar el sistema en navidades y he seguido jugando hasta que las temperaturas han achuchado algo más.

En resumen: el rendimiento es absolutamente bestial y me sigue pareciendo mentira que máquinas portátiles puedan mover estos juegos a la calidad que los mueven, pero hay que juguetear con los parámetros.

Plataforma portátil, pero no te alejes del enchufe

Pantalla enorme y brillante, ventilador activo grande y potencia. Es una mala combinación si queremos autonomía. Además, está el factor del Bluetooth si jugamos con los mandos desconectados, que también aumenta un poco el consumo. El sistema cuenta con una batería de dos celdas y una potencia de 49,2 Wh. No es nada despreciable y es algo más que lo que entrega la batería del ROG Ally, y cada mando cuenta con 900 mAh.

No me he quedado nunca sin batería en los mandos y en el software de Lenovo podemos seguir a la perfección la evolución de la misma, pero sí me he quedado a medias de muchas partidas porque la gestión de la batería de un sistema portátil con Windows es muy mejorable. Con Steam Deck siento que puedo estar al 2% de batería que, si me doy prisa en llegar al enchufe, seguirá encendida.

Cuando el Legion Go llega al 10% es una lotería y no hay que confiarse porque la batería… ¡vuela! En mis partidas, en modo ‘Rendimiento a 1.600p’, aunque el juego no sea el más exigente, he tenido para entre una hora y hora y media de juego. En ‘Equilibrado a 800p’, que es lo más habitual, podemos llegar a las dos horas con algún juego, pero no es lo habitual. En el modo ‘Silencioso’ con juegos indie sí podemos movernos en el rango de las tres horas.

Al final, el TDP es fundamental en estas máquinas y, en el caso del Lenovo Legion Go, es el siguiente:

  • Silencioso – 8W
  • Equilibrado – 15W
  • Rendimiento – 20W
  • Rendimiento + alimentación – 30 W

Tenemos un último modo personalizado para configurar el TDP estemos conectados a la corriente o no, pero no lo recomiendo, ya que a veces no funciona bien si lo cambiamos al vuelo, teniendo que reiniciar el juego.

Sobre la carga, en la caja viene el adaptador de 65 W y esta es la medición por tramos:

  • 10 minutos – 16%
  • 20 minutos – 24%
  • 30 minutos – 32%
  • 40 minutos – 41%
  • 50 minutos – 49%
  • 60 minutos – 58%
  • 70 minutos – 66%
  • 80 minutos – 76%
  • 90 minutos – 85%
  • 100 minutos – 95%
  • 110 minutos – 99%
  • 112 minutos – 100%

Algo curioso es que, como tenemos dos puertos USB-C 4.0, podríamos conectar una GPU externa a la vez que tenemos la máquina enchufada a la corriente, pero es algo que no he podido probar. También podemos tener un HUD USB-C para convertir el Legion Go en un equipo de sobremesa con periféricos como teclado, ratón y monitor.

Lenovo Legion Go, la opinión de Xataka

Lo cierto es que este análisis del Lenovo Legion Go ha sido sorprendente para mí. Al haber analizado antes la máquina de Asus y ver que Lenovo compartía el hardware, ya podía intuir qué me iba a encontrar. Sabía que el rendimiento iba a ser excelente, algo que he podido comprobar con las pruebas tanto sintéticas como en juegos, pero también tenía ganas de ver qué haría Lenovo con el software.

Es complicado diferenciarse de la competencia por la potencia y estas máquinas pueden quedar desfasadas rápidamente, pero la jugada de dejarnos jugar como queramos es el punto más fuerte de esta máquina

La conclusión es que los fabricantes no están implementando mal sus programas de control, sino que Windows es lo que supone una barrera para que estas máquinas demuestren hasta dónde pueden llegar. Elementos como la batería sufren mucho debido a Windows y el cambiar resoluciones o el TDP al vuelo desde un programa externo que no sea directamente el que ofrece Microsoft, a veces, no se lleva bien con el sistema.

Steam Deck sigue ofreciendo una experiencia mucho más redonda en este sentido al ser un sistema más cerrado en el que Valve controla mucho mejor el software y el hardware. Es una experiencia más similar a la de una consola al estar todo más optimizado, pero la sorpresa con la máquina de Lenovo no vino tanto con la potencia o la fantástica pantalla… como con las posibilidades a la hora de jugar.

Hay detalles a pulir en los controles, como una cruceta de pulsadores que sobresale demasiado poco o la disposición de botones que tocarás de forma involuntaria, pero es una pasada tener la posibilidad de jugar como si fuera una consola portátil y, en 10 segundos, cambiar al modo sobremesa.

De hecho, pensaba que iba a ser simplemente un ‘gimmick’ esa posibilidad de usar el mando derecho como ratón, pero en ciertos shooters y juegos como ‘Baldur’s Gate 3’ o ‘Age of Empires IV’, me he sorprendido muchas veces poniendo este modo en la mesa del salón si, por lo que fuera, no quería irme al sobremesa del despacho a jugar.

Ese es el punto más fuerte del Lenovo Legion Go, el darnos la posibilidad de jugar como queramos y, en última instancia, hasta conectar un USB-C a HDMI al televisor, desacoplar los mandos y jugar desde el sofá sin tener que conectar otro mando Bluetooth. Es comodísimo y la mezcla perfecta entre Steam Deck y Nintendo Switch.

Al final, el SoC envejecerá año a año debido a nuevas versiones, pero lo que se mantendrá genial durante generaciones serán las posibilidades jugables gracias a los controles.

Lenovo Legion Go – Consola Portátil Gaming 8.8″ WQXGA (AMD Ryzen Z1 Extreme, 8C, 16GB RAM, 512GB SSD, Tarjeta Gráfica Integrada, Windows 11) Negro, Sistema de enfriamiento Legion Coldfront

* Algún precio puede haber cambiado desde la última revisión

Imágenes | Alejandro Alcolea

En Xataka | Mejores auriculares gaming del 2024: cuál comprar y 11 modelos recomendados desde 50 euros

Este dispositivo ha sido cedido para prueba por parte de Lenovo. Puedes consultar cómo hacemos las reviews en Xataka y nuestra política de relaciones con empresas.

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