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“No le pregunto a Arteta cómo defender al City de Guardiola…” | Relevo

El paseo hasta el Vitality Stadium (Bournemouth, Reino Unido) es precioso cuando el tiempo lo premia. Un cementerio bordea el campo y al lado hay un campo verde, muy extenso, con porterías para quien quiera jugar al fútbol. Un espacio que encaja con el imaginario inglés, de casitas, jardines y paseos. A Andoni Iraola (Usúrbil, 1982) le gusta su nueva vida, distinta a la que vivía en Madrid o Nueva York, dos de sus últimas ciudades. “Es la primera vez en mi vida que vivo en una casa”, cuenta con una sonrisa el entrenador que la pasada temporada logró la mejor puntuación de la historia para el club, con 48 puntos. Su camino no fue fácil.

Al Bournemouth llegó después de una campaña exitosa de un club recién ascendido. Los ingleses habían salvado la categoría con Gary O’Neil en el cargo, entrenador debutante, y el aterrizaje de un entrenador español, joven y con poca experiencia, levantó la sospecha en una tierra cada vez más abierta al talento exterior. “Al principio costó, era extraño que viniese alguien de fuera, pero por suerte el club y los jugadores siempre nos dieron confianza.” Al final, Iraola fue nominado a uno de los mejores técnicos de la Premier League junto a Arteta, Guardiola, Unai Emery y Jürgen Klopp y su Bournemouth ya es percibido como uno de los equipos de autor de la mejor liga del mundo. Y nos avisa. “No entrenaré muchos años”.

Has pasado de Madrid a Bournemouth. Te gusta mucho ir en bici y parece un sitio ideal para ello. ¿Cómo está siendo tu adaptación?

Es un gran cambio de vida. Fíjate que este verano todavía no me he movido de aquí, porque para ir a mi tierra es difícil a nivel de transporte, y he preferido quedarme trabajando. Es la primera vez que vivo en una casa. He sido de vivir siempre en un piso en el centro tanto cuando estaba en Madrid, Nueva York o en Miranda. Es la primera vez que vivo tipo inglés, con tu trocito de jardín, más aislado. Tienes que coger el coche para todo y eso no me llena tanto, me gustan más las ciudades en las que puedas ir andando para hacer más cosas, pero es un sitio fabuloso para vivir. Dentro de lo que es Inglaterra a nivel de clima es un pelín mejor. Los críos se han acostumbrado muy bien, hablan inglés… Muy contento.

¿Tiene semejanzas el Bournemouth con el Rayo? El campo es también muy estrecho.

A nivel de club puede haber cierta comparación. Somos el equipo con menos historia en Premier League, el estadio es muy pequeño y justo esta es nuestra tercera temporada seguida en Premier en los últimos años. A nivel de juego es distinto, porque la Premier a nivel futbolístico es más transicional, en LaLiga es más de fútbol control y esa adaptación cuesta un poco al principio.

¿En el Rayo notaste que ya habías tocado techo? La Premier League siempre te había llamado la atención.

Tenía ese gusanillo de la Premier. Como jugador tuve alguna oportunidad, pero no lo había cogido porque en el Athletic estás tan a gusto que para qué te vas a ir. Pero me había quedado ese gusanillo de conocer esta liga. En realidad fueron dos decisiones distintas. En el Rayo me quedé muy a gusto con mis tres años, en mi última temporada llegamos a la última jornada con opciones europeas y al final no se pudo dar. Una vez allí miras con perspectiva y ves que has logrado lo que buscabas y te planteas nuevos retos. Cuando llegué aquí no era fácil porque se venía de una buena temporada, de un entrenador inglés que lo había hecho bien y era quizás difícil de entender ese cambio en un principio para la afición.

Tu inicio fue difícil. Solo lograsteis una victoria en liga hasta noviembre y justo cuando ganáis os toca ir al Etihad Stadium y caéis 6-1. ¿Cómo se gestionó comenzar así?

La realidad es que los entrenadores perdemos más que ganamos. En la Premier hay ocho equipos que están muy por encima del resto, en España hay tres: Barça, Real Madrid y Atlético. Cuatro cuando el Athletic o el Villarreal, por ejemplo, tienen grandes años. La sensación es que contra estos equipos tienes que hacerlo muy bien, pero aquí ya no son tres o cuatro, si no ocho, porque podemos meter a equipos como West Ham o Brighton, que invierten mucho. A veces piensas que si no sacas los partidos que tienes que sacar te puedes tirar dos meses tranquilamente sin ganar un partido. A nivel mental tienes que ser fuerte porque lo normal para un equipo como nosotros es perder más de lo que se gana.

De tocar fondo a tocar el cielo. Nominado a mejor técnico de la temporada y récord de puntos. En la anterior entrevista en Relevo contaste que no hablabas con el jugador. ¿Sigue siendo así?

No hemos cambiado demasiado en ese sentido. Cuando llegas hay una fase de ganarse al jugador, tienes que vender muy bien tu idea para que el futbolista te la compre. A pesar de los resultados, les tengo que agradecer que nunca han puesto en duda lo que quisimos hacer, que era muy diferente a lo que hacían, ellos se encontraban cómodos, veían que con lo que hacíamos en el campo se podían sumar puntos y afortunadamente para mi ellos siguieron dando esa confianza y fue una temporada de disfrutar muchísimo. Estuvimos desde diciembre muy lejos de los puestos de descenso y esto te permite disfrutar de la temporada porque no estás pendiente de los puestos de abajo. Este curso es un nuevo reto.

¿Ese disfrutar te permite probar nuevas cosas? Licencias que sin esas victorias no te tomarías.

Es peligroso porque normalmente cuando intentas hacer cosas nuevas, eso que siempre has tenido en mente, esas licencias cuando la tabla te lo permite… normalmente sale más mal que bien. Aprendes y te sirve como experiencia, pero no puedes volverte loco y cambiar de sistema y decir que vamos a jugar de una forma distinta. Tienes que hacer pequeños cambios para que al jugador no le cambie la idea de lo que se venía haciendo.

¿Marcó un punto de inflexión la pasada temporada aquella victoria por 0-3 en Old Trafford?

Sí. Además que a nivel personal mi victoria allí como jugador con el Athletic sea el mejor recuerdo que tengo. Ganar en Old Trafford en una noche europea a un subcampeón de Champions Leage viéndote jugar tan bien… fue una experiencia distinta. Como técnico fue un partido de Liga, sin tanta trascendencia, pero nos vimos con esa suficiencia, mereciendo ganar. Fue una reafirmación de que podíamos competir con los mejores equipos a nuestra manera.

Sois muchos entrenadores españoles, sobre todo vascos. ¿Habla con ellos o es algo más solitario?

Muy solitario. Seguramente cuando pierdes lo es todavía más. Cuando ganas quizás tienes más espacio y la gente se atreve a entrar en tu mundo. Yo aprovecho siempre las oportunidades que tengo para charlar con entrenadores, por ejemplo este verano con Arteta cuando nos enfrentamos en Estados Unidos en pretemporada en un partido sin esa presión de la Premier. Pudimos hablar tras el encuentro de cómo nos iba la pretemporada, de los otros equipos… Hay mucho entrenador de allí. No nos llamamos por teléfono, no pasamos como mucho de un mensaje de felicitación cuando las cosas le van bien al otro. Hay que respetar cada zona. Alguno se piensa que cuando te enfrentas contra el City le preguntas a Arteta cómo defenderles… No. Yo no lo suelo hacer.

Uno de los equipos que más impacto generó fue el Tottenham de Postecoglou. ¿A nivel táctico fue de lo más interesante de la Premier?

Me encanta su personalidad. Lo claro que tiene sus ideas. Cuando empecé a verle en pretemporada el pasado curso fui a un partido suyo ante el Shakhtar y veía que en primera línea solo había dos centrales, porque sus laterales juegan como si fuesen dos mediapuntas a ratos y pensaba que no soportarían las transiciones. Y lo hicieron. Es verdad que con el Cuti Romero y Van de Ven tienen a dos futbolistas hiper potentes a campo abierto, pero es muy valiente. Tienen un juego súper fluido, generan muchas ocasiones… Me encanta este Tottenham.

Una de las claves en el nuevo fútbol es el análisis micro. Uno de los impulsores de esta tendencia es Unai Emery.

Es espectacular. Siempre digo que es una referencia. Hay otros entrenadores que han ganado más, pero él ha empezado en Segunda B, se fue a Segunda, Primera, en Rusia, el PSG… en distintos escenarios, con distintos objetivos, y casi en todos ha salido bien en resultados y con un estilo definido. Yo de sus equipos resaltaría su bloque medio. No te puedes imaginar una línea defensiva tan adelantada sin una presión super asfixiante y que no les terminen haciendo daño porque el timing de cuándo replegar y de los espacios que te dejan entre líneas son mínimos. Hay mucho trabajo detrás.

Tu primer partido ante el Manchester City acabó 6-1 pero en la vuelta, en el Vitality Stadium, competisteis muy bien pese a la derrota. ¿Cómo se enfrenta a este City?

Mi primer partido contra ellos es el peor resultado que he tenido como entrenador (6-1), además con malas sensaciones. Creo que me equivoqué porque planteé una línea de 5 pensando en igualar a los cinco jugadores que ponen en última línea, pero el mensaje no le llegó bien al jugador porque no quise que el equipo estuviese en un bloque muy bajo, que es lo que tuvimos que hacer, probablemente porque yo no fui muy claro en el mensaje o porque ellos nos empujaron y no tuvimos otro escenario. Sin embargo, el segundo partido que jugamos contra ellos, que fue en casa, acabé encantado, incluso tuvimos un poste para empatarlo. La sensación es que nos ganaron pero que les llevamos al límite. Tienes que asumir muchos riesgos si quieres plantear partido de ida y vuelta ante el City porque asumes un 1×1 de Haaland a campo abierto, tienes que perseguir a Foden hasta su área y el central tiene que ir. Prefiero perder de esa manera que no de la forma en la que lo hicimos en la ida.

¿Cómo mezclas el hecho de querer que pasen muchas cosas para acelerar el ritmo con el de tenerlo todo controlado?

Es difícil. En general en la Premier League el partido ya tiene mucho ritmo y nos costó encontrar ese punto diferencial que quizás podíamos tener en el Rayo, porque de base ya hay mucho ritmo, por lo que esto dejaba de ser algo diferencial. Nuestro cambio fue a ser todavía más agresivos, a arriesgar con la línea, a ir todavía más lejos, para de alguna forma acelerar todavía más los ritmos. Somos un equipo de volumen, porque probablemente en espacios reducidos hay equipos mejores, pero tenemos un equipo muy joven, con energia, y eso nos lleva a poder aceptar duelos abiertos en los que a veces perdemos, pero podemos salir ganando. Nuestra fuerza pasa por ahí.

¿Cuál es el futuro en el fútbol a nivel táctico? ¿Presiones cada vez más altas o bloques más bajos?

Se tiende a ir a los extremos. Aquí hay equipos que te van al hombre de inicio porque saben que mandando cuatro jugadores no es suficiente con el nivel de los futbolistas, por lo tanto te mandan cinco, te emparejan y asumen mucho riesgo. Existen otros equipos que te regalan inicio y te defienden más atrás. Creo que es un poco a donde tiende el fútbol, hacia los extremos.

¿Existe un estándar Premier League en cuanto al físico que necesita un futbolista? ¿Hay tanta diferencia en ese aspecto?

La diferencia entre categorías es el ritmo al que juegas. Hay jugadores que están muchos años en Segunda B siendo los mejores y cuando quieren pegar el salto a Segunda no sabes por qué pero no terminan de adaptarse. Un delantero que en Segunda mete 25 goles y dices ‘joder’, lo ficha uno de Primera y no arranca. Cada uno tiene su ritmo. Aquí hay un mínimo físico que si no lo cumples vas a sufrir, porque te van a exponer. Y cuesta, porque a pesar de que seas un jugador poderoso y con buenos números te tienes que acostumbrar. A los fichajes de fuera les cuesta adaptarse. Algunos son cuatro partidos, otros tardan seis meses en acostumbrarse al ritmo al que se tienen que hacer las cosas. También aprecias los jugadores que saben parar, como Rodri en el City. El partido tiende a revolucionarse porque el público también te lo demanda. A la que recuperas la pelota el murmullo te lleva a ello, de ahí el perfil que necesitas.

¿Cómo es pasar de tener muy poco presupuesto en el Rayo a poder invertir tanto dinero? Las cifras en la Premier chocan mucho.

Yo no soy especialista en fichajes, intento ayudar al club pero ni soy el que ficha y ni siquiera estoy muy convencido de que si me dejaran a mi el dinero iba a fichar fenomenal. Hay gente que se dedica a ello, que pasa muchas horas viendo otras ligas. En la Preimer prácticamente no podemos fichar, no podemos competir porque hay equipos que nos ventilan los fichajes y tenemos que mirar en otras ligas para acceder a mejores jugadores.

¿Te acostumbras?

Hemos vendido a Solanke por 65 millones y mi fichaje más caro había sido Raúl de Tomás por 8 millones, es algo impensable. Nos hemos gastado el dinero de Solanke en tres o cuatro jugadores, a final de temporada sabremos si lo hemos hecho bien. Es positivo para el club que si un jugador lo hace bien a final de curso pueda dar el salto. Hay equipos que luchan por Europa como el Tottenham y el club no tiene que estar en contra de que si los jugadores jóvenes lo hacen bien puedan ir a equipos mejores.

¿Cuál es la clave para mantener el hambre en el día a día del entrenador?

Los que hemos jugado somos muy competitivos, nos gusta medirnos, competir, ver si somos capaces de ganar a este u otro equipo. Echamos de menos esa adrenalina, pero sigo diciendo que tampoco me veo muchos años en esto. He tenido la suerte de poder entrenar en LaLiga, Premier… estoy con mucho hambre de aprender y probar cosas, de competir contra entrenadores muy buenos, pero es una vida que es exigente a nivel personal y familiar, tiene pros y contras que hay que medir bien.

En una Liga con tanto jugadorazo, ¿Qué futbolista te ha impresionado más?

Por salirme de los mejores equipos a mí me encantaron Olise y Eze, del Crystal Palace. Ambos buenísimos. También Mbeumo, del Brentford. Jugadores que quizás desde fuera no los aprecias pero en directo dices ‘uf’, porque son diferenciales y en otro equipo lo seguirían siendo.

En el Rayo el jugador con el que más hablabas de táctica nos contaste que era Álvaro García. ¿Hay alguno en el Bournemouth?

Ryan Christie entiende muy bien el juego. Venía de jugar más en banda, pero yo le veo como un 8. Nos da mucho en los cuadrados que se dice ahora, a veces en la base. Entiende muy bien lo que pasa, los saltos de presión y lo que buscamos. También Lewis Cook, nuestro otro mediocentro, que ha jugado de central o lateral derecho también. Son los que controlan lo que pasa alrededor.

¿Qué es lo que más te obsesiona como entrenador?

Quizás el hecho de no perder nuestra principal virtud. Somos un equipo que hacemos muy bien lo que hacemos bien, no podemos perderlo. Sin balón sobre todo somos un equipo que incomoda mucho al rival, pero probablemente tenemos que aprender que no siempre hace falta hacer esto. En situaciones en las que nos ponemos por delante quizás nos interesa parar más el partido, controlar lo que pasa, descansar con balón. Es difícil porque no quieres perder esa identidad, pero el interpretar bien cuándo toca hacer una cosa u otra, de que no siempre pasen muchas cosas porque nos interesa otro escenario, es eso en lo que tenemos que crecer sin perder lo que nos hace distintos.

¿Cómo viviste la temporada del Athletic con el título de Copa?

Presumo mucho del Athletic aquí porque no todo el mundo conoce nuestra historia y nuestra filosofía. A los jugadores les cuento que vengo de este equipo, que es el mejor equipo del mundo. Lo pude celebrar con mi hija, que lo vimos en directo, me hizo una ilusión terrible. Cuando estás fuera te sientes más orgulloso de todo lo que pasa allí, además con este grupo de jugadores y este entrenador. Ernesto siempre ha sido una referencia. Lo disfruté un montón.

Antonio Hidalgo, que estuvo contigo en Chipre, nos dejó la siguiente pregunta para ti. ¿Cómo ves las distancias de relación entre los centrales?

Estuvimos en Chipre y la verdad que va a ser un entrenador muy top, eso seguro. Teníamos mucho contraste de estilos. Yo era más Athletic y él venía de La Masia, es un enamorado del juego deposición, y a mí me tira todo lo contrario a tener el partido controlado. Fue una experienca muy enriquecedora, él viene de lo que viene, de distancias de relación cortas entre centrales para no perderla, viajar juntos… Yo quería hacer el campo más grande, teníamos esa pelea de estilos en el cuerpo técnico que es super enriquecedora, el fútbol es esto. Me alegro que me haya precedido en la entrevista.

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