Precio de la canasta básica subió a CS$19,532.17 en noviembre y estableció nuevo récord

En medio de los anuncios oficiales de que los esfuerzos por controlar la inflación dan resultados, en noviembre el precio de la canasta básica subió 173.97 córdobas, con respecto al mes anterior y se ubicó en 19,532.17 córdobas (unos 534 dólares). Este es un nuevo récord histórico, el cuarto alcanzado en 2023, cuando primera vez traspasó la barrera de los 19 mil córdobas. Pero con respecto a 2020, es decir, el año previo al inicio de esta crisis inflacionaria que muchos países ya están superando, el precio de la cesta acumula un incremento de 5,005.83 córdobas (unos 136 dólares).

El alza se registró a pesar de que en noviembre la inflación interanual siguió bajando, con respecto a octubre de 2022 cuando alcanzó su pico con 12.16 por ciento. En noviembre fue de 5.65 por ciento, pero todavía se mantiene en niveles superiores a los previos a esta crisis; y el resultado los asalariados ahora tienen acceso a un porcentaje menor de lo productos de la cesta básica.

El reporte del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide) detalla que en noviembre de los tes segmentos en que se divide la cesta el que subió de precio fue el de alimentos, con un incremento de 172.08 córdobas con respecto a octubre. Los alimentos que empujaron esta alza fueron especialmente la carne de res, las cebollas y las papas; esto provocó que el precio del segmento alimentos que en octubre fue de 13,698.72 córdobas, subiera a 13,870.80 córdobas en noviembre.

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Segmento de alimentos se encareció

En cambio, el segmento de productos de usos del hogar bajo 4.20 córdobas, de 3,608.00 córdobas en octubre a 3,603.79 en noviembre; y el segmento de vestuario subió alrededor de 5 córdobas, de 2,051.48 córdobas en octubre a 2,057.59 en noviembre.

Este nuevo incremento en el precio de la canasta básica implica que los trabajadores adquieren un porcentaje cada mes menor de la cesta. Por ejemplo, en 2020, según estadísticas del Banco Central de Nicaragua (BCN), el salario nominal promedio de los trabajadores del sector privado fue 11,715.80 córdobas y con él se podía comprar el 80 por ciento de los productos de la canasta básica que costaba 14,526.34 córdobas. Algo similar ocurrió con los trabajadores del Gobierno Central, que en 2020 recibieron un salario nominal promedio de 11,851.30 córdobas mensuales con el que compraban el 80 por ciento de los productos de la canasta básica.

Sin embargo, en noviembre de 2023, con un salario nominal promedio de 13,873.90 córdobas en el sector privado y 13,532.60 córdobas en el Gobierno Central, los trabajadores solo pueden adquirir entre el 68 y 70 por ciento de la cesta básica. Cabe recordar que el mercado laboral nicaragüense está dominado por la informalidad que se caracteriza por pagar salarios precarios. Esto implica que el porcentaje de la canasta básica de 53 productos, que puede adquirir la mayoría de los trabajadores es todavía más reducido.

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Alzas a la canasta básica no paran

El de noviembre es el cuarto récord que establece durante 2023 el precio de la canasta básica. El primero fue en enero cuando por primera vez en la historia sobrepasó los 19 mil córdobas; en marzo superó los 19,200 córdobas; en julio se acercó a los 1,500 y ahora llega a 1,532 córdobas.

Estas alzas constantes reflejan que la inflación no está controlada. En el artículo Dificultades de la política antiinflacionaria de Nicaragua en 2024

publicado en su blog, el economista Néstor Avendaño explica que a pesar de los esfuerzos, en noviembre la inflación interanual de Nicaragua, 5.65 por ciento, fue la más alta de la región centroamericana, seguida de Honduras con 5.04 por ciento, Guatemala 4.30 por ciento, El Salvador 2.11 por ciento y Costa Rica con deflación (baja en los precios al consumidor) de -1.64 por ciento.

En Nicaragua la inflación alcanzó su pico en  octubre de 2022 con 12.16 por ciento y según Avendaño su descenso interanual hasta 5.65 por ciento en noviembre de 2023, refleja que no se ha “enfriado” significativamente, ya que se mantiene por encima de su nivel natural que oscila entre 4 y 4.5 por ciento.

Además, advierte que las alzas de precios se mantendrán ya que no será fácil bajar la inflación al nivel natural que mantenía antes de esta crisis. Según Avendaño fue más fácil bajarla desde el pico que alcanzó en 2022 hasta el 5.65 por ciento de noviembre de 2023, porque la caída de la presión inflacionaria la provocaron principalmente, a nivel global, la solución de los problemas que enfrentaron las cadenas de suministros durante la pandemia de covid-19; y a nivel local, la reducción de la población económicamente activa que migró y ahora impulsa la demanda de bienes y servicios con las remesas que le suplen al país.

Perspectivas no son alentadoras

A los obstáculos que enfrentan las autoridades para bajar la inflación al nivel natural precio a esta crisis inflacionaria se suman algunos riesgos que según el economista, en el corto y mediano plazo, pueden provocar nuevos “shocks de oferta” que acelerarían la tasa de inflación mundial.

Estas amenazas están relacionadas con los “efectos que puede provocar el fenómeno meteorológico de El Niño en la producción agropecuaria, la escalada de la migración que continuaría reduciendo la fuerza laboral, la guerra entre Israel y Hamás que podría elevar los precios del petróleo y los combustibles, y la fragmentación geoeconómica mundial que modificarían las actuales cadenas de distribución de bienes intermedios y finales”, detalla Avendaño.

Por su parte el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que la inflación mundial se reducirá a un ritmo constante de 6.9 por ciento en 2023 y 5.8 por ciento en 2024. “Se proyecta que en general, la inflación subyacente descienda más gradualmente mientras que, en la mayoría de los casos, no se prevé que la inflación retorne al nivel fijado como meta hasta 2025”, dice el organismo.