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“Recogí cartones y cobre, no estudié y para nada soy rico” | Relevo

Murcia.- Felipe Moreno (Torrecampo, Córdoba, 65 años) es, desde hace un año y medio, el máximo accionista del Real Murcia y su presidente -mientras busca con urgencia al candidato ideal que le remplace-. Hasta aquí, nada fuera de lo normal para protagonizar una entrevista más en su larga trayectoria. Sin embargo, dos hechos cruciales hacen que merezca la pena citarse con él en el corazón de su nueva casa: hace tres meses saldó con 6,2 millones de euros la deuda histórica del club por la que fue descendido a los infiernos en 2014 y, además, porque tiene entre ceja y ceja repetir lo que ya consiguió en el Leganés, con su mujer (Victoria Pavón) de presidenta, desde 2009 a 2021: salir del fútbol amateur del que no es capaz de escapar y consolidarse en el profesionalismo.

Campechano -pese al traje al que le obligan tantos compromisos- y cercano, hasta proponer compartir el pincho de tortilla, habla de sus orígenes, de los retos a corto plazo (negociar con el mismísimo Tebas) y de sus planes para lograr el objetivo del ascenso cuanto antes y hacer un proyecto faraónico que tiene emocionada a la afición tras tantas penurias. Acaba de llegar de visitar a la plantilla en el vestuario, líder de la categoría, y está tranquilo, más por lo anímico que por lo matemático: “Veo a la gente enchufada”.

Leganés y ahora Real Murcia. ¿En qué momento y por qué le dio por hacerse con equipos en serios apuros, sanearlos y consolidarlos?

La verdad es que no lo tenía pensado. No era un capítulo de mi vida que pasase por mi cabeza. Pero un amigo directivo del Leganés me pidió que les echara una mano y eso hice. Al final se fueron todos y nos dejaron solos a mí y a mi familia. Y nada, nos pusimos manos a la obra, ya que la ciudad nos había dado mucho y era una manera de poder devolverle una parte. Llevo en Leganés desde los ocho años y mi mujer y mis hijos nacieron allí. Mis nietos también están naciendo allí. Aquello era como un débito. Estaba en mi mano poder ayudar y así empecé. Y lo sacamos hacia adelante. Como ahora vamos a hacer en Murcia.

¿Cuál era su vinculación con el fútbol hasta entonces?

Sólo por parte de mi padre, que era aficionado. Pero yo, de temas de directivas, nada de nada. Mi primera experiencia fue en el Leganés.

¿Dónde está la clave del éxito en la gestión?

Yo se lo dije aquí a los aficionados en la primera Asamblea en el Real Murcia: les dije que siempre les diría la verdad y que si alguna vez no les puedo decir la verdad, me callaré. A los aficionados y a la gente siempre hay que decirles la verdad. El club estaba muy mal a nivel de deuda con las administraciones. Vi las cuentas de la temporada 2021-22 y tenían 43 millones de deuda en total. A partir de ahí empezamos a ir saneando. Lo primero, la Seguridad Social. La liquidamos en 2023. Y después llegué a un acuerdo con el ayuntamiento y luego también con Hacienda, ya en el verano de 2024. Por lo menos las administraciones ya están al día. Así que iniciamos un plan de reestructuración, siendo el único club de España que ha utilizado esa ley aprobada en septiembre de 2022. Se trata de una reestructuración de toda la deuda privada y hemos conseguido que de unos 20 millones más o menos, hayan quedado entre unas cosas y otras unos 500.000 euros a pagar en tres años. El club, hoy, ya puede optar a subvenciones y a todo. Es un club libre para poder trabajar. Lo único que nos falta ya es en lo deportivo. Lo que tenía que hacer y era mi obligación, está casi todo prácticamente hecho.

¿Cuál es su formación para liderar así proyectos tan importantes como estos de los que hablamos?

Pues formación, si le digo la verdad, ninguna. No he estudiado. Me tuve que poner a trabajar con 12 años, porque soy el mayor de tres hermanos y mi madre me dijo cuando iba a empezar el curso, ya por agosto o septiembre, ‘Felipe, o estudias o comemos’. Y le contesté: ‘Comemos’. Y a partir de ahí, me puse a trabajar y me he hecho a mí mismo en la calle. He hecho muchas cosas en la vida. Mi primer trabajo fue en una tienda llevando pedidos a las casas. También he estado en talleres. Antes de los 12 años incluso ya recogía cartones y cobre. Me buscaba la vida para poder ir al cine porque mi padre era albañil y no me podía dar nada. Y así empezó mi vida, formación no tengo nada, no tengo ni siquiera un certificado de estudios primarios. Pero estoy orgulloso de ello. Eso me ha hecho aprender todos los días lo que es un poco la vida y lo que son esas cosas. Y de hecho, mucha gente, hasta amigos de verdad de confianza, me piden consejos para su propia vida. No le voy a decir qué tienen que hacer con su vida a nadie, pero sí que les puedo decir qué haría yo en su lugar.

¿Salvar clubes de la ruina es una cuestión de ego y reconocimiento o es pura filantropía como, por ejemplo, le sucede al nuevo dueño del Racing de Santander?

Cuando entré en el Leganés fue una casualidad. El club estaba muy mal. En el primer partido al que me llevaron, los jugadores se pusieron de rodillas y se levantaron la camiseta con el lema ‘Queremos cobrar’. Esto era diciembre del 2008, en un partido contra el Atlético de Madrid B. Sí, sí: el árbitro pitó y esa imagen dio la vuelta al mundo. Ahí entré por ese amigo de la infancia. Y así trabajamos hasta consolidar al club y dejar unas instalaciones de Primera, tanto en el campo como en la ciudad deportiva. Tengo que decir bien claro que nunca puse un cartel de ‘Se vende’. A mí me lo han comprado. No es lo mismo llamar que abrir, ¿sabe?

Entiendo.

Cuando sucede eso, pues… Me paro a pensar y veo que me siento joven cada día. Y no pensaba quedarme sin hacer nada tumbado en una hamaca. Eso para mí no es vida. Me gusta sentirme vivo y me gusta crear y trabajar. Me gusta ser constante. Entonces, cuando salí del Leganés me salieron varios clubes, cinco, seis o siete. Entre ellos el que me acaba de comentar, el Racing de Santander. Vinieron a hablar conmigo, tuve una reunión en el Hotel Ritz de Madrid y bueno, entre todos los que me salieron, pues el que más me gustaba, y por el que me incliné, fue el Real Murcia.

¿Por qué?

Era el más grande de todos.

Y el que tenía más problemas.

Bueno… Sé que la deuda era astronómica y me puse a trabajar. A ordenarlo. Hoy tenemos un club libre, las administraciones pagadas y controladas, así como la ayuda privada. Todo acordado y ajustado. El Real Murcia es el más grande. Tiene un área de influencia con dos millones de personas entre la región, la Vega Baja, el este de Albacete, el norte de Almería… Ése es el motivo por el que estoy aquí. Es un reto grande y lo estoy consiguiendo poco a poco. Tengo que agradecer mucho a todo el murcianismo lo que está haciendo. Estamos camino de los 14.000 abonados. Entre todos lo estamos sacando para adelante.

¿Cómo puede ser más atractivo un club en Primera Federación que otros que están en el profesionalismo?

Es que le tengo mucho cariño a esta región. Llevo aquí desde el año 89; unos 35 años trabajando entre Murcia y Alicante. Tengo muchísimos amigos murcianos, casi de la infancia. Necesitaban una mano y quería echarla. Voy a sacar esto adelante.

¿Este empeño en el balón se debe a un pasión por el fútbol o es puro negocio?

De verdad que no lo hago con ninguna ambición económica, para nada. Lo primero que pienso es en ayudar y mejorar. Mientras tenga fuerza y me quieran, aquí me tendrán. El día que no pueda, porque me pase algo, o el día que vean que a mi gestión le falta algo, ilusión o fuerza, que me lo digan y me marcho. No hay ningún problema. Pero elegí el Real Murcia porque es uno de los grandes de España. Hablamos de la séptima ciudad de España y se merece estar en el séptimo lugar del fútbol español.

Habrá quien piense ‘de dónde saca el dinero’. ¿Usted es rico?

No, para nada soy rico. Simplemente llevo toda mi vida trabajando. He hecho negocios de todo tipo. Y cuando hablo de todo tipo, me refiero a legales. Siempre dentro de la legalidad. Nunca he hecho ningún negocio ilegal. Mi familia también participaba en el accionariado y en principio aquí es sólo de mi empresa, que es la rica, Hause La Fuente. Tengo nómina de una empresa rica, que tampoco es muy rica, pero bueno, vivo bien. Es mi empresa principal y de ahí cuelgan varias aparte. Llevo con ella desde el año 89-90. He hecho muchas operaciones de todo tipo. Necesidades no pasamos. Vivo de mis dos nóminas de mis dos empresas. Pero insisto: no soy rico ni nada.

¿Por qué invierte en fútbol y no en otro deporte?

Nunca he entrado en otra cosa que no sea el fútbol. El baloncesto me gusta y me llama la atención. Sobre todo cuando hay un España-EEUU y partidos así. Por aquí también he ido a ver al UCAM. Pero a mí lo que más me atrae es el fútbol. Puedo ver basket o tenis de manera puntual. Y no he practicado ningún deporte. A mí me gusta andar. Sólo he jugado al fútbol de niño y con los amigos en el barrio. Mis dos hijos han sido futbolistas. El fútbol es en lo que me siento cómodo y es en lo que más puedo desarrollar lo que he aprendido.

Habrá muchos futbolistas del Real Murcia que lean esta entrevista que igual todavía no le conocen demasiado. ¿Interviene mucho como presidente o es de los que saben delegar?

Las dos cosas. Delego porque a cada uno le dejo su parcela. No sólo a los futbolistas y en la dirección deportiva, sino a cualquier persona del club. Puede preguntarles. Tienen toda su autonomía para trabajar y son responsables de su propio trabajo. Si no tengo gente responsable no la quiero a mi lado. Tienen que sentirse libres y responsables. Y trabajar cómodos. Pero estoy cerca del equipo. Ahora he estado con ellos. Me gusta verles las caras. Y me gustan las que tienen, están muy contentos. Y cobrados al día. Les dejo su margen y su parcela. Ellos saben cuál es la obligación. La mía es llegar al final de mes y poder hacer una buena gestión para poder pagarles. Y la suya es dejarse la piel en el campo para darle alegrías a esta gran afición. Ellos son los artistas que la gente quiere ver. Los demás somos complementos para que todo funcione.

¿Viaja con ellos?

Siempre que puedo, sí. Por no decirle siempre, siempre, siempre. O sea, salvo que me pille fuera de España por alguna razón… Cuando voy a África o a Brasil, para temas de fútbol también. Procuro no perderme ni un partido. A lo mejor en el año me puedo perder dos. Eso, como mucho.

¿Cómo se vive en un palco? ¿Se disfruta o se sufre?

Yo no disfruto nada. Sufro. Por eso no me gusta sentarme en las primeras filas. Me he sentado ahí en Murcia dos o tres veces, cuando ha venido el alcalde y demás. Pero no me gusta. Prefiero sentarme atrás. Lo paso muy mal y se me va la cabeza. Soy un poco impresentable. Le digo la verdad. No me controlo.

¿Y eso?

Siempre me gusta ganar. Aunque sé que es un juego y alguna vez puedes perder. Pero en mi cabeza sólo está ganar. Aunque sean en los entrenamientos. Lo paso muy muy mal.

¿De qué equipo realmente es?

¿Aparte del Real Murcia? Primero, del Leganés, porque hablamos de toda una vida. Y luego también del Atlético de Madrid porque he tenido a mi hijo el pequeño jugando ahí. Llegó hasta Segunda B. Es un club que me cae muy bien. Con Miguel Ángel Gil he hecho incluso negocios de jugadores juntos. Como el de Thomas Partey y algún jugador más de los que he traído por ahí de África. En el mundo del fútbol tengo bastantes buenos amigos, tanto en LaLiga como en los clubes. Levanto el teléfono y… La verdad es que tengo muchos amigos y gente muy cariñosa. Nos respetamos independientemente de la rivalidad en el campo. La gente que estamos al frente nunca tenemos que ser rivales.

Ya ha deslizado alguna cosa, pero tras equilibrar las cuentas… ¿ahora qué planes tiene en marcha?

Ya he puesto prácticamente 20 millones de euros en todos los conceptos. Ahora mismo tenemos en marcha hacer una gran ciudad deportiva. Vamos a llegar a los 180.000 metros cuadrados si Dios quiere. Y será un ejemplo en el mundo, porque va a ser la más sostenible y la más ecológica.

¿Cómo?

Porque el agua que entre para beberse acabará utilizándose para la ducha. Y la de ducha pasará a regar los campos. Y de regar los campos pasará a los jardines. Todo el tema será energético. Se sacará todo lo que se pueda de la tierra, placas solares, temas eólicos.. Será un ejemplo. La gente que me rodea en el proyecto está muy preparada y va a quedar muy bien. Me imagino que nos van a encargar más de una ciudad deportiva después. Aunque no sea arquitecto ni cosas de esas, por lo menos sé dónde hay que colocar cada campo, cada habitación, cada vestuario y cada cosa. Tendrá que haber una inversión grande con algún tipo de fondo o préstamo.

Eso le iba a decir. Para no ser rico…

(Risas) Yo no puedo acometer solo todo. Y sueño con tener un campo de 43.000 personas, como era el proyecto previsto para el Mundial. Hacía falta mucho dinero para eso y ahora mismo no estaba la cosa como para poder acometerlo. Pero ese proyecto lo tengo bien guardadito. Irá con una cúpula nueva y será un campo de cuarta categoría para albergar cualquier tipo de final de Copa del Rey o Europa League. Todo excepto de Champions. Voy a necesitar compañeros de viaje. He llegado hasta donde he podido. Pero bueno, también podemos tener la suerte de vender a algún jugador como ya he hecho anteriormente en el Leganés… Es otra fuente de financiación. Poco a poco.

¿Se puede decir que, ya saneado, hoy el Real Murcia está por tanto más cerca de ser vendido?

Para nada se me pasa por la cabeza vender el club. Es un proyecto a largo plazo. Nunca se sabe qué puede ocurrir. Mire lo del Leganés. Nunca dije que se vendía, simplemente entró un señor un día por la puerta y me dijo que venía a comprarme el club. Y le dije, ‘coño, ¿y tiene que ser el Leganés y no puede ser otro?’. No, no, el fondo americano quería el Leganés. Empezaron las negociaciones, puse mis condiciones, me las aceptaron y ya está. Está en muy buenas manos. Como puede ver, ahora mismo acaba de volver a Primera, dejé un campo y unas instalaciones de Primera en la ciudad deportiva. En el Leganés se hizo una inversión de 22 millones de euros, entre estadio y ciudad deportiva. Se le pagaron a Hacienda 10 o 15, se vendieron jugadores por valor de 72 millones de euros en cuatro años y quedaron 40 en caja. Esos 40 le quedaron a los compradores. El Leganés era el club quizás más saneado y en mejor situación económica de España.

¿Ha tenido ya alguna oferta por el Real Murcia?

No. Cuando hay algo con líos nadie se acerca, y si es con muchos líos ni se lo piensan. De momento nada. Y, además, que no me preocupa. Ni lo tengo en mi cabeza. A mí me gusta escuchar a todo el mundo, pero de ahí a vender…. Para mí éste es el reto principal reto de mi vida. Y es donde quiero acabar mi vida empresarial. Quiero que el Murcia esté en la cumbre del fútbol español. Y si es posible un día, y mis sueños todavía no tienen límite, y podemos jugar en Europa, mejor. Pero primero vamos a intentar llegar a fútbol profesional cuanto antes.

LaLiga descendió al club en 2014 y una persona con la que usted tiene una gran relación, Javier Tebas, y a la que ha visto hace nada, es bastante impopular por estas tierras. ¿Lo ha percibido?

Sí, sí, sé que hay gente que está un poco resquemada con lo que pasó, con el descenso administrativo del Real Murcia y todas esas cosas. La verdad es que no estoy muy a fondo metido en qué ocurrió, pero eso es hace ya más de 10 años. No sé qué se hizo mal, ni qué no, pero hay que mirar hacia adelante. De hecho, me estoy viendo con LaLiga. Sobre todo con Javier Gómez. Tengo que ordenar esto porque Murcia es deudor de LaLiga. Debemos 1,9 millones de euros y está dentro del plan de reestructuración y de las impugnaciones. Quiero llegar a hacer un arreglo con ellos para que me levanten esas impugnaciones, y así, uno menos. Si había siete impugnaciones ya tengo arregladas tres o cuatro. Me falta LaLiga y alguno más por ahí suelto. No quiero volver para atrás otra vez con toda la deuda que hemos conseguido controlar.

¿Qué salto económico calcula que daría el Real Murcia ascendiendo a Segunda?

Esta categoría, la Primera Federación, es ruinosa. Para que se haga una idea: este año tenemos un presupuesto de 4,8 millones, aunque al final los presupuestos siempre se te van un poco más arriba. Échele más o menos cinco millones. Y podremos tener un déficit en torno a un millón. Esta categoría es semiprofesional, pero en ella no se cobra como semiprofesional. Aquí no nos dan nada, nos dan calderillas, no vale ni para pagar los seguros sociales. Subir al fútbol profesional supondría tener un presupuesto de entre 15 y 20 millones posiblemente. No costaría dinero, y con ese presupuesto estaríamos entre los ocho presupuestos mayores de Segunda. La gente le llama Segunda, pero es una Primera B. Menos tres o cuatro equipos son todo equipos de Primera.

¿Que el estadio tenga el nombre de un mecenas como Enrique Roca es una necesidad o un incordio?

Fue una necesidad en su momento. Ya me lo he encontrado así. He llegado a un nuevo arreglo con él y hemos ajustado todo a la realidad de hoy. Él está contento con llevar su nombre, es un empresario de aquí de Lorca y se dedica al mundo inmobiliario, entre otras cosas. A mí no me molesta. Hemos hecho un nuevo contrato tanto para Primera Federación, como para Segunda División, como para Primera División y pienso que es otro ingreso más del club. Si te da para pagar a dos jugadores, pues maravilloso. A mí, en principio, no me molesta para nada que el estadio se llame como se llama (Enrique Roca de Murcia). El acuerdo es para unos años (hasta 2029).

¿Y tiene otros planes para el futuro o simplemente que se pague más por el ‘naming’ según vaya subiendo el Real Murcia de categoría?

No, no… Hemos marcado el camino para estos años y ya veremos. Hay estadios que llevan múltiples nombres y las cosas hay que financiarlas. Es un dineral. Mire el Atlético con el último acuerdo que ha hecho. Miguel Ángel Gil es muy listo.

¿Ha pensado llamar al estadio Felipe Moreno?

No, no para nada. Ni hablar. Como que estoy buscando presidente porque no quiero serlo…

¿Y eso?

No me gusta, no quiero ser ni el presidente de la comunidad de vecinos. Quiero trabajar, soy el consejero delegado porque no hay más remedio, alguien tiene que ser el presidente del consejo de administración, pero mi función aquí es igual que en el Leganés. Allí la presidenta es mi mujer y ya está. Tengo muchísimo trabajo y eso supone muchísima tarea institucional. Ahora mismo tengo que ir a actos y no me da tiempo a todo… No hemos empezado a ver la ciudad deportiva y eso es más importante.

¿Tiene candidatos?

Tenemos a una persona entre manos bastante importante y ojalá y me diga que sí, cuanto antes, a la propuesta de ser presidente. Quiero que se haga cargo del cargo y yo dedicarme a trabajar y ser el responsable que firma los contratos.

¿Por qué no dejó a Agustín Ramos ya que se había hecho a la idea de que él sería el elegido?

Agustín no fue porque en el último momento se llegó a un acuerdo y me dijo ‘Felipe, tira tú pa’lante que yo no puedo ahora mismo’. Y así lo hice, ya que soy el que he puesto todo. Íbamos a hacerlo los dos juntos, yo como consejero delegado y el de presidente, y… Eso es lo que pasó. Me cedió el testigo, llegamos a un entendimiento, y para adelante voy. Me llevo muy bien con él. Es el patrocinador de la camiseta, Fibranet. El hombre está contentísimo.

¿Y por qué aquí no es su mujer la presidenta?

Mi mujer y mis hijos están fuera del proyecto del Real Murcia. Son 14 temporadas en el Leganés… El fútbol quema muchísimo y ellos han dicho que no quieren saber nada. Mi hijo, el pequeño, me asesora y me mira los contratos. El mayor está fuera. Mi mujer se queda al margen. Ella no quiere ya saber nada de temas de presidencia. Me cuesta hasta convencerla alguna vez para que venga a algún partido. Si todo se queda como está voy a tener por encima del 99% más o menos del accionariado. Mi familia, en el Leganés, tenía el 25%.

¿Por qué no le dio por aterrizar en el Córdoba?

Lo intenté, lo intenté también… Fue cuando se vendió la unidad productiva. Pero ya lo tenían muy avanzado con la gente esta de Bahrein, que han sido los que se quedaron finalmente con él. No tuve opción. Tuve el gusanillo. Es la tierra donde nací. Ya estuve en un proyecto en la tierra donde me crie y me faltaba la tierra donde nací. No pudo ser. También es cierto que en ese momento todavía tenía el Leganés. Y está prohibido tener dos clubes y participar. No me saltó la ley nunca.

Lleva muchos años en los que ha podido conocer a muchos gestores en el fútbol profesional. ¿Hay algún presidente que le guste especialmente por cómo hace las cosas?

Para mí hay dos presidentes ahora mismo que son los más importantes y, por eso, me puedo fijar en ellos. Uno es Miguel Ángel Gil Marín, del Atlético, y Florentino Pérez en el Real Madrid. Da igual uno antes que otro. O al revés. Para mí son los dos iguales de monstruos como gestores. Dan envidia.

Por aquí el máximo rival es el Cartagena y se da la circunstancia que lo preside un amigo suyo al que tuvo en el Leganés, Paco Belmonte. ¿Teme que la relación vaya a menos por la rivalidad?

¡Qué va! Hemos tenido la misma relación de siempre.

¿Usted trabajó con él?

Él trabajo conmigo. Fuimos socios en hostelería y fue director deportivo en el Leganés dos años. Me dijo lo del Cartagena y le comenté que tirara para adelante. Es un tema bonito. Estando en el Leganés les cedí a algún jugador y les he ayudado. Cuando se tienen amigos hay que ayudarse. Hace poco estuve en su boda. Tengo una relación muy cordial con él al margen del fútbol. Muchas veces en broma he dicho que es mi tercer hijo. Aquí estoy para lo que haga falta y cuando me lo han pedido y le he podido ayudar, les he ayudado. Tanto económicamente como deportivamente.

Dice que quiere subir cuanto antes, pero el fútbol es como es… La categoría en la que está el Real Murcia, y otras inferiores, era un pozo de dinero negro, deudas, sospecha de amaños, primas a terceros… ¿Cómo vería que hubiera unas reglas de control económico aquí como en el fútbol profesional?

Estaría muy bien. Ahora que había oído que se había llegado a acuerdo entra LaLiga y la Federación para esta categoría… Me gustaría que esta categoría fuese más profesional y que estuviese más controlada y que no hubiese desmadre. Porque donde no hay control siempre existe el desmadre. Y en esta categoría hay un poco de desmadre en algunos clubes… Si puede haber un arreglo entre Federación y la Liga, mejor. Ahora mismo están poniendo ellos los horarios y están emitiendo los partidos. Están haciendo una prueba para ver qué pasa con esta categoría. Es lo suficientemente importante para que esté bastante más controlada de lo que está.

Bueno, pues calma en esos palcos y suerte para lo que resta de temporada. A ver si la próxima entrevista el año que viene ya se la hago en el fútbol profesional.

Confío en que sí. Y no va a ser en Primera porque hay dos categorías de por medio y hay que ir paso a paso. Primero una y luego la otra. Si no, le diría que esa entrevista sería en Primera. Estamos trabajando para eso. Y luchando. El año pasado tuvimos que estar centrados en muchísimas cosas, no únicamente en lo deportivo, y ya está todo más ordenado. Ahora nos queda responderle a esta grandísima afición. Vaya que si lo vamos a hacer. Seguro.

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