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“Solo la escucharon Carvajal y Modric” | Relevo

Cheick Doukouré (Abiyán, 1992) se suma a Mbappé, Tchouaméni y otros deportistas franceses que están lanzando mensajes para que, sobre todo, la juventud francesa acuda a las urnas y frene el avance de la ultraderecha. “Lo más difícil es aceptar que pase algo sin haber hecho nada. Francia es un país con mucha diversidad y esto afectaría mucho a la sociedad francesa. Yo que soy de base inmigrante quiero evitar eso. Yo voy a votar, espero que la gente también vaya a votar, es importante“, destaca el exfutbolista de Levante, Huesca y Leganés con quien charlamos tras sus dos temporadas y media en el Aris de Salónica.

Ahora, el futbolista nacido en la capital de Costa de Marfil, país con el que ganó la Copa de África en 2015, y criado en París, en un barrio “donde no hay suerte para todos”, sueña con volver al fútbol español.

Si hay un momento que se recuerda de su paso por España fue la patada al aire que en febrero de 2019 le supuso al Levante un penalti en contra en un partido contra el Real Madrid y al jugador, una rotura de ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda. Iglesias Villanueva y Carvajal vieron y escucharon, respectivamente, una inexistente patada a Casemiro. “Igual fue el único en el estadio que escuchó eso… Y hubo otra polémica también, porque dijeron que yo había dicho que nadie me llamó, intentando inventar cosas. Me llamó Casemiro un par de días después para saber cómo estaba y estuvimos hablando de la jugada“, recuerda Doukouré.

¿Qué tal, Cheick? ¿Cómo ha ido tu aventura griega? No vas a continuar en el Aris.

Sí, sí, se acabó ahora este final de temporada. He estado dos años y medio, una experiencia nueva, un país diferente, una cultura diferente y satisfecho, aunque también hubiera podido ser mejor. Hemos acabado quintos, que no está mal, pero el objetivo era estar un poquito más arriba, y también hemos llegado a la final de la Copa, que está muy bien para el club, que no ha ganado ningún título desde hace muchos años, pero hemos perdido. Entonces, a nivel colectivo un sabor agridulce, y a nivel individual hubiera querido jugar un poco más, porque creo que había sitio para jugar, pero a veces hay cosas que van un poco más allá del fútbol que no se pueden manejar, pero es una experiencia y a seguir para adelante, todo bien.

Eso que va más allá del fútbol que apuntas, ¿qué es? ¿Es algo que se pueda contar?

(Sonríe). Bueno, un poco difícil, hay cosas que se manejan y otras que no se pueden pelear. Querría decir más cosas, pero… en lo que he podido lo he dado todo, lo que soy yo y en ese sentido estoy contento, me puedo mirar en el espejo.

Has coincidido con muchos españoles: Julián Cuesta, Fran Vélez, Martín Montoya, Rubén Pardo, Loren Morón… Se oiría mucho español en ese vestuario.

Sí, la verdad que teníamos un grupo increíble, con gente muy buena y desde el primer día yo me he sentido como en casa ahí, porque en la mayoría de los clubes no hay mucha gente que hable francés pero siempre vas a tener gente que habla español, y teníamos un grupo con muchos jugadores que hablan español, así que la conexión entre los jugadores fue muy buena sobre el campo y fuera también. Nos veíamos a veces, hacíamos cenas, estuvo muy bien.

¿Y ahora qué? ¿Cuál es tu próximo destino? Creo que te gustaría seguir hablando español, volver a España.

Sí, me gustaría, porque estuve cuatro años en el Levante. He ganado también la Liga en Segunda con el Huesca y estuve también en el Leganés seis meses, y me encanta la cultura española, la gente, los españoles, me encanta la comida, el tiempo, la manera de vivir en España, y a nivel de fútbol para mí es de las mejores ligas y me encanta. Me encanta España, a ver si puede surgir algún proyecto interesante aquí. Es en lo que pienso y a lo que le voy a dar prioridad. También tengo mi casa aquí, está mi familia aquí, entonces, sería lo mejor para mí.

Hablamos de España, donde llegas después de empezar tu carrera profesional en Francia, pero si echamos la vista más atrás, hay un paso previo, porque tú naces en Abiyán, en Costa de Marfil.

Sí, nací en Costa de Marfil, en Abiyán, me fui a Francia a los casi dos años, con mi madre y mi padre, sin nada, llegando a un país que no conocían para buscar mejor vida, para encontrar un futuro mejor para tu familia, tus hijos. Yo vengo de esta generación de padres que han intentado hacer un mejor futuro para sus niños y han intentado lo mejor para nosotros, y ha salido bastante bien. Tengo un hermano un año más pequeño y una hermana muy pequeña, que tiene 12 años. Estamos muy unidos. Mi hermano es mi mejor amigo y mi madre es mi persona de confianza.

No sé si has visto, Cheick, que esta semana se ha enterrado en Telde, en Canarias, a un niño de cuatro años de Costa de Marfil y su madre le escribió desde allí una carta pidiéndole perdón por haberle llevado a ese cayuco que le acabó costando la vida en un naufragio. «Perdóname, hijo mío. Yo sólo quería que llegaras allá y fueras a la escuela. Si yo pudiera volver atrás lo haría y no habrías cruzado el mar». Sigue siendo un drama el de la inmigración desde África para tantas personas…

(Resopla). Son cosas que por desgracia pasan desde hace muchísimos años y es muy triste, porque la gente si pudiera se quedaría en su sitio. Y es muy triste que a veces se escuchan cosas cuando hay inmigrantes, como que nosotros -porque yo soy francés, pero de base soy inmigrante- queremos molestar. Y nosotros lo que queremos es lo que quieres tú: es vivir bien, comer y tener una buena vida, una vida normal. Y es muy triste porque se muere gente que si pudiera no hubiera hecho todo esto.

En tu caso tuvisteis más fortuna, volasteis y llegasteis a Francia, habéis tenido una buena vida allí. ¿Desde niño soñaste con ser futbolista? ¿Cómo fueron tus primeros pasos allí en el fútbol?

Era un sueño, pero sólo un sueño, nada más. Al final, como muchos padres africanos, lo que quieren es que los niños hagan algo seguro, y lo más seguro son los estudios para tener una buena profesión, para poder vivir y comer. Tener algo seguro. Para mis padres, para mi madre, era lo más importante. Luego, teniendo esa base de educación, pues yo quería más y la verdad es que había muchos niños, muchos jóvenes que tenían mucha calidad de jugador. Incluso algunos que tenían más calidad que yo en varias cosas, pero al final es querer, saber lo que quieres y hacer lo que toca para conseguirlo, y en este sentido he sido muy, muy serio en mi trabajo, me he puesto restricciones en muchas cosas y hoy estoy muy contento de haber hecho muchos sacrificios para mí, para mi familia.


“He crecido en un barrio de París donde no hay suerte para todos. Yo he tenido la suerte de tener a mi madre muy encima de mí”

¿Con esos sacrificios te refieres a salir, a tener que cuidarte…?

Sí, a no hacer cosas que te pueden mandar a un camino diferente, no salir a horas que no están adaptadas para el objetivo de ser futbolista profesional, el entorno también es muy importante. Yo he crecido en un barrio de París donde no hay suerte para todos, para tener una vida que muchos buscan. Yo he tenido suerte de tener a mi madre muy encima y pendiente de mí y darme una educación a mí y a mi hermano que ha favorecido nuestro crecimiento. En ese sentido, he tenido mucha suerte.

¿Cuál fue el momento en el que tú te sientes futbolista?

Yo jugaba en mi barrio, en Aubervilliers, y era un año importante porque era el final de la preformación y después empezabas en juveniles, en clubes más profesionales. Yo sabía que era un año muy importante y me puse a trabajar mucho, mucho, mucho, mucho. Acababa muy tarde y salía a horas muy tempranas para jugar, para ir solo al campo. Tengo amigos que me recuerdan eso, que abrían la ventana y me veían solo con el balón, tocar con la pared, hacer gestos técnicos, mejorando, solo, en cualquier momento del año, y yo ni me acordaba de eso. Ahí piensas y dices que ya has hecho un buen camino para hacer lo que quieres y esto me da mucho orgullo. Estuve en el equipo de mi barrio, luego en el equipo de la isla de Francia, y hay una copa que se llama la Copa Nacional en la que se enfrentan los equipos de cada zona del país y ahí hay muchos clubes que vienen para ver, y ahí firmé en el Lorient. Ahí hice tres años de formación, estuve también en la selección de Francia cada año y firmé mi primer contrato cuando tenía 17 años. Desde el momento en que supe que había hueco y que había hecho todo para conseguirlo, ahí me fui, sin mirar nada, y ha funcionado bien.

Hiciste carrera primero en Francia y luego te llegó la oportunidad del Levante, de aterrizar en la Liga, en España. ¿Qué supuso para ti llegar al Levante?

Yo salía de muchas temporadas en el Metz después del Lorient, acabo como capitán. Salía de un muy buen momento y era el momento para cambiar de aires. Tenía oportunidades en Francia y en el extranjero también, pero me gustaba mucho España. Había otras posibilidades también para ir a otro club pero elegí el Levante porque el proyecto me encantaba y noté que el club me quería mucho. Entonces, la elección fue muy fácil para mí. Y encantado llegar aquí, en esta ciudad, ver este club muy bien organizado, con muy buena gente, como una familia. Me encontré en casa desde el primer momento.

Lo que pasa es que deportivamente no fue especialmente fácil, ¿no?, por las lesiones. Fuiste noticia después de que aquel 24 de febrero de 2019 en un partido en el Ciutat contra el Real Madrid intentas despejar un balón, acabas dándole una patada al aire y pitan penalti, y lo peor es que en esa acción de rompiste el cruzado. ¿Cómo lo recuerdas?

Una patada en el aire porque quería despejar el balón y al final se cae Casemiro. Él cree que le toco, pero no le toco, para mí, y me lesioné. Lo más importante es eso, para mí. Los primeros días fueron muy difíciles, porque había mucha gente llamándome, yo estaba con el tema de la lesión y con polémicas. Lo que hay que hacer es saber que es un momento difícil, aceptarlo y directamente ponerse en la buena dirección, que es lo que hice con el apoyo de mi familia, mis amigos. No fue fácil, pero salí de eso.

Volvemos un poco a la jugada, a qué imágenes recuerdas, porque preparando la entrevista he revisado crónicas y fotos y hay una que me ha impactado, contigo de rodillas hablando con Iglesias Villanueva después de pitar el penalti. Te habías roto el cruzado, pero no lo notaste…

Acabé el partido. Quedaban 20-25 minutos y jugué todo el partido. En el momento, con la adrenalina, no notas mucho lo que pasa y seguí. Yo no me creía que pitaba penalti, porque no toco a nadie. Al día siguiente es cuando sé que me he roto el cruzado, fue una doble pena, un doble castigo. No es un buen recuerdo para mí.

Además de por el hecho de que se señalara penalti, se habló mucho de que Carvajal llegó a decir que él había escuchado la patada.

Sí, sí, sí, es que no sé cómo lo escuchó él (sonríe). Igual fue el único en el estadio que escuchó eso, pero ya sabemos cómo es, que al final… Pero no fue el único en el campo, también estaba Modric que hablaba, que decía que sí, que le había tocado y no sé qué. Me sorprendió, porque yo lo veía muy serio, no lo veía así agresivo -cuando digo agresivo no es de mala leche, es que lo veía muy intenso en su manera de justificar eso-, y algunos también. Bueno, son cosas que cuando quieres ganar un partido pueden ocurrir. Y hubo otra polémica también, porque dijeron que yo había dicho que nadie me llamó, intentando inventar cosas. Me llamó Casemiro un par de días después para saber cómo estaba y estuvimos hablando de la jugada. Son momentos de una carrera que pueden pasar.

Te costó muchísimo recuperarte, estuviste 474 días de calvario, porque enganchaste una lesión con otra.

Sí, este momento fue el inicio de varios meses sin jugar, con la recaída. No puedo explicar este momento, porque tú lo haces todo y hay que volver a hacerlo y hay que volver y hay que volver. Sin la mente que tengo hubiera sido difícil. Tengo la suerte de tener esa educación de trabajador y de no abandonar y seguir. Y eso me salvó, y mi familia también que me apoyó. No fue fácil, pero estoy bien, es lo más importante. En una carrera hay momentos así que las cosas van muy mal y hay que aceptarlo.

Tiras de esa fuerza, te recuperas, te vas a Huesca cedido y te rompes el tendón de Aquiles.

Sí, fueron dos años casi de calvario. Cuando salí de la rodilla, el tendón de Aquiles. Fue después del COVID, tenía mucha ilusión, el Huesca también tenía mucha ilusión puesta en mí, estábamos bien para subir, que al final lo conseguimos, acabamos primeros, pero yo hubiera querido aportar mi granito de arena y al final no pude hacerlo, pero hay que aceptarlo. Fue un momento difícil para mí. Son malos recuerdos. (Sonríe).

¿Y el mejor? ¿Cuál es el mejor recuerdo que tienes de tu paso por la Liga? ¿El mejor partido, el mejor gol…?

Bueno, con el Levante no tuvimos ninguna temporada que que digas que ha sido de locos, pero hay partidos con victorias buenas, con el ambiente en el estadio, mi primer gol, en Las Palmas, el primer año. Un empate contra el Real Madrid en casa, marcamos al final del partido, marcó Pazzini. Fue un momento increíble para mí porque jugué contra el Real Madrid por primera vez y tenían un equipo de locos, con Ronaldo, Benzema y muchos otros jugadores. En el Camp Nou también, contra Messi. Son momentos que sueñas cuando eres joven y que cuando llegan no hay que soñarlos, hay que vivirlos y ahí te das cuenta de lo que ha pasado.

No te quiero poner triste, pero hace unos días falleció el portero montenegrino Matija Sarkic a los 26 años. Tú en el Levante coincidiste con Raphael Dwamena, que en noviembre del año pasado murió de un infarto en un partido en Albania y sé que teníais relación. Él arrastraba problemas cardíacos. Se le había implantado un desfibrilador que tres años después se hizo retirar. No quería dejar su carrera, bajo su responsabilidad y la voluntad de Dios, se dijo que quería seguir ayudando a su familia en Ghana. ¿Cómo viviste su fallecimiento? ¿Entendiste que siguiera jugando al fútbol a pesar de jugarse la vida por ello?

Bueno, estoy muy sorprendido de que sepas todo esto. Al final lo que has dicho es la verdad, que yo conocí a Rapha por la persona que es, una persona que ama mucho la vida, bueno, que amaba, y era una persona que daba todo por los demás, y cuando digo todo es que podía hacer todo por cualquiera. Yo cuando tuve ese momento de lesiones, bufff, es el compañero que más pendiente estaba de mí y no estaba ni en el mismo club en ese momento. Vino a verme al hospital con su mujer. Me sorprendí al verle. Éramos amigos antes también, pero que se desplace por mí, eso fue un momento increíble, porque hay gente que conozco que no había venido, y cuando es un compañero del fútbol, que al final en el fútbol somos amigos pero somos más colegas, me tocó mucho.

Y su fallecimiento…, fue difícil, porque yo me acordé de la persona que fue. Como has dicho, él le daba mucha importancia a la religión y siguió jugando para él pero sobre todo para su familia, para ayudar a su familia sabiendo los problemas que tenían. Es un ejemplo de vida, es un ejemplo de superación y nunca lo olvidaré, eso seguro.

Se jugó la vida por su familia, porque él sabía que le podía pasar, los médicos le advertían que se podía morir perfectamente.

Sí, sí, es que se lo habían dicho todos, incluso jugadores. Yo cuando me lo dijo, se lo dije: ‘¿Y cómo lo haces? ¿No tienes miedo? Al final es fútbol’. Y a él, nada, le daba igual, que no es para él, es para su familia, y por su familia haría todo. Entonces, mucho orgullo de haber conocido a este chico y donde esté que esté bien, que nos vea y que esté orgulloso de él y de lo que ha hecho.

Háblame un poquito de África, porque tú además sabes lo que es ganar la Copa de África en 2015 con Costa de Marfil.

Sí, cuando me preguntabas el mejor momento de mi carrera creo que fue este momento. Llevábamos más de veinte años sin ganar nada, Costa de Marfil es un país que siempre ha tenido jugadores increíbles y antes de nosotros había una generación con Didier Drogba y muchos jugadores que jugaban en grandes clubes y no habían ganado nada y nosotros, con jugadores de experiencia como Yaya Touré, pero también con jugadores jóvenes como yo, como Sergie Aurier, que en ese momento jugaba en el PSG, y otros jugadores conseguimos ganar la copa para el país y fue un momento increíble.

El seleccionador era Herve Renard, que en 2012 la había ganado con Zambia -se convirtió en el primer entrenador en lograrla con dos equipos distintos-, del que hablamos mucho en Catar, porque le ganó con Arabia Saudí a Argentina y por su vehemencia en las charlas previas o en los descansos. ¿Te sorprendió? ¿Qué tiene de especial ese entrenador?

No. Yo lo conocía muy bien porque por la Copa de África y porque fue mi seleccionador muchos meses y yo sabía de su personalidad, sabía que es una muy buena persona, que ama a sus jugadores, que está muy cerca de los jugadores, pero también tiene esta personalidad muy eléctrica que a veces puede dar miedo. No me sorprendió. Yo sé que la gente lo descubrió en este momento, pero él lo que busca es sacar lo mejor de sus jugadores. A nosotros a veces como jugadores hay que empujarnos mucho, y es lo que hizo también con Costa de Marfil, con jugadores de mucha experiencia como Yaya Touré, Gervinho, jugadores que jugaban en grandes clubes y con ellos hizo lo mismo. Él lo que quiere es sacar lo mejor del equipo y le da igual.

Cuéntame alguna anécdota con Yaya Touré, que en España llegó a ganar una Champions con el Barça, pero es el futbolista con más títulos en tu selección y creo que alguien con una personalidad importante, ¿no?

Sí, hay una para decir que fue un gran jugador pero también un líder de equipo. Estábamos esperando cerrar el tema las primas desde varios días, igual semanas, y me acuerdo que nos despertó a todo el equipo a las 2 o las 3 de la mañana para hacer una reunión y hablar de este tema, de lo que podíamos hacer para arreglar el problema. Pero me sorprendió mucho (se ríe), porque yo estaba durmiendo y que toquen a mi puerta para eso… Pero al final cuando te sientes como líder puedes hacer estas cosas. Fue un jugador de un talento increíble pero también fue de los que nos animó a ganar esa Copa. Durante la Copa hicimos también muchas reuniones, por tema fútbol o fuera del fútbol, y ganamos la Copa porque éramos un equipo que íbamos todos en la misma dirección y cuando había algo pues se arreglaba.

Tú también tuviste un papel importante precisamente en otro partido contra Las Palmas, fue muy reivindicativo porque hiciste el gesto de estar encadenado, igual que lo hizo Kondogbia, Pogba y tantos otros, el ‘No estoy en venta’ para denunciar la venta de esclavos en Libia. Sois futbolistas que habéis salido de África pero que seguís visibilizando lo que pasa en el continente.

Sí, sí, al final la gente que tiene visibilidad, cuando pasan cosas así yo creo que somos un medio de comunicación también. Luego cada uno elige lo que quiere, si quiere hacer algo o no, pero a mí me tocó mucho eso, porque la esclavitud es algo que no puede pasar en 2017, cuando pasó esto. Igual a otra persona no, pero a mí me tocó mucho y sentí la necesidad de hacer algo, reivindicarlo. Al final en el mundo pasan muchas cosas así que no se hablan y no podemos arreglar todo, pero a veces si hay que mandar un mensaje, es importante hacerlo.

En ese sentido, precisamente, ¿cómo has recibido tú el mensaje de Mbappé con el que le pidió a la juventud francesa que vote contra el auge de la ultraderecha? También es éste un momento importante en Francia.

Sí, sí, sí. Al final cada uno que haga lo que quiera, pero lo que me gustó en este mensaje es que no deja a la gente elegir por sí mismo. Creo que en Francia la gente no pensaba que existía la posibilidad de que la extrema derecha ganara. Bueno, se notaba en los últimos años que tenían opciones, pero ahora Francia es un país con mucha diversidad y esto afectaría mucho a la sociedad francesa. Yo que soy de base inmigrante quiero evitar eso. En la selección francesa hay muchos jugadores que no quieren eso y que utilizan este mensaje, esta manera de comunicar, y yo lo veo bien, porque yo voy en ese sentido. Me ha gustado y espero que la gente también vaya a votar porque lo más difícil es aceptar que pase algo sin haber hecho nada. Yo voy a votar, espero que la gente también vaya a votar, es importante.

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