Trataron de desacreditarme, pero Kathleen no haba matado a sus hijos

La inmunloga espaola Carola Garca de Vinuesa. La Voz de la Salud

En un largo proceso judicial en Australia, la inmunloga espaola logr sacar a Kathleen Folbigg de la crcel tras veinte aos encerrada al demostrar que sus cuatro hijos fallecidos no fueron asesinados, sino que padecan una mutacin gentica

14 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Carola Garca de Vinuesa (Cdiz, 1969), la mujer que de la mano de la ciencia dio un revolcn histrico a la justicia australianafiniquita el aoen Galicia, en algn lugar cerca de Celanova, donde recibi al 2024. Tengo buenos amigos por aqu, comentaen el inicio de una conversacin que ha tenido que posponerse hasta que su periplo judicial concluyese para no perjudicar la defensa deKathleen Folbigg,acusada y condenada por matar a sus cuatro hijos enSdneyen el ao 2003.Desde el 2018 ha trabajado duro para demostrar que la peor madre deAustralia —as la apodaron tabloides y tertulias— no era ms que una vctima y que esos crmenes nunca llegaron a cometerse;aos en los que ella y su equipo han tratado de ser desacreditados, porque la corona de Nueva Gales del Sur no estaba dispuestaa asumir que se haba equivocado. Pero si se le pregunta si todo ha merecido la pena, responde: Claro que me ha gustado. Es una manera muy bonita de ver que la ciencia puede resolver problemas serios.

Cuando estudiaba Medicina, Garca de Vinuesaquera irse a frica a ejercer su profesin.Fue mucho antes de que su nombre apareciese en todas las listas de mejores cientficos espaoles de la actualidad. Y muchsimo antes de copartitulares de todo el mundopor logra sacar de la crcel a Folbigg, que llevaba veinte aos encerrada.Cuesta entender cmo lleg hasta aqu,ahora que Google ha enterrado su trayectoria profesional entre miles y miles de resultados sobre su papel clave en un caso tan meditico. Es difcilentender porqu ni siquiera lleg a hacer el MIR, que lleg a irse de voluntaria a Ghana para ver los efectos de la meningitis o la malaria en nios, que se enrol con una oeneg para echar una mano en una leprosera en Calcuta antes de tener el ttuloo saber que, despus de licenciarse, se march al Reino Unido como tantos otros sanitarios de su generacin, aparcando esa aspiracin de curara quien nadiecuraba.

Me fui a hacer la residencia en Inglaterraporque me lo recomendaron, porque te formabas muy bien globalmente. Me dijeron que iba a hacer desde cesreas hasta a apendicectomas, recuerda sobre aquel primer salto que, ya fuese por virtudes o carencias del sistema britnico, le ayud a tener una visin global de la prctica clnica. Aprendi, pero no le gust. O, al menos, no la enamor: Es verdad que la formacin que tuve fue buena, pero trabajando tres aos en hospitales de todo el Reino Unido me di cuenta de que no estaba segura de que mi vocacin fuera esa. Define aquella etapa como estresante. Yo echaba de menos entender mejor las enfermedades queintentbamos tratar. Creo que soy ms intelectual que otra cosa, dice tmidamente.

Decidi probar la investigacin y eligi la inmunologa —primero un mster y despus un doctorado—, un campo no apto para vulnerables a la frustracin. Una especialidad con un catlogo de ms de cien patologas y para ninguna existe una cura. Me encant, resume.





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Vinuesa antes de Folbigg

Carola Garca de Vinuesa pas a ser Carola G. Vinuesa ensu firma investigadora. Y son muchos los estudios que ha firmado a lo largo de su trayectoria, que comenz con una becade la Wellcome Trust nada ms terminar el doctorado que la hizo cruzar el mundo entero para acabar en Canberra (Australia). Era buena ya entonces, aunque regatea cualquier cumplido con cierto rubor, pese aparecer acostumbrada a recibirlos.Iban a ser dos aos; luego, cuatro; yluego la vida se complica, resume: Me ofrecieron ser jefa de grupo; las cosas se dieron bien y me qued.

Desde su laboratorio comenz a buscar y a descubrir. Muy pronto hall al que sera uno de sus primeros ‘hijos’, un gen al que llam ROQUIN, importante para la funcin de las clulas T de ayuda, sospechosas de tener un papel fundamental en las enfermedades autoinmunes —aquellas en las que el cuerpo, sin entender muy bien por qu, se ataca a s mismo—.

Pero si Vinuesa acab sacando a una mujer que llevaba veinte aos en una crcel por un crimen que no cometi, fue por una idea que tuvo hace ya dos dcadas. Se nos ocurri observara pacientes con enfermedades autoinmunes para comprobar si veamos mutaciones en estos genes. Lo que empez mirando un gen aislado en el 2005, evolucion hacia un proyecto grande, con unas bases de datos de pacientes importantes.El progreso propuls de manera exponencial su investigacin. De repente, en el 2009 sepudo secuenciar masivamente el genoma humano con la llegada de las llamadas tecnologas de nueva secuenciacin.As que decidimos mirarsi encontrbamos las causas genticas de enfermedades autoinmunes que eran muy difciles de hallar. Intentamos algo pionero, empezamos a secuenciar nios con patologas autoinmunes muy severas y empezamos a encontrarcausas nuevas. Se asoci con otros inmunlogos en un proyecto que codirigi junto a su colega Matt Cook. Fue un perodo bonito, porque estos descubrimientos te ayudan a entender las enfermedades, comenta antes de repetir: Hay ms de cien enfermedades autoinmunes y todava ninguna tiene tratamiento. Pero otro escenario parece dibujarse de cara a los prximos aos.





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Los descubrimientos en nios

Antes de Kathleen Folbigg hubo otros nombres propios. Uno de ellos fue el de Gabriela Piqueras, una nia espaola diagnosticada de lupus grave cuando tena siete aos. Gracias a su pediatra, el caso lleg a Vinuesa y su equipo, que detectaron una mutacinen el gen TLR7. Lograron saber por qu se haba desarrollado su lupus y su investigacin, que abre camino a futuros tratamientos, fue publicada en Nature.





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Y justo antes de Australia hubo otros lugares. Cuando nos contactaron los abogados de Kathleen Folbigg, acabbamos de solucionar un caso en Macedonia deunos nios que haban fallecido por infecciones sin que se supiese muy bien por qu. Inicialmente fallecieron tres y haba bastante urgencia para saber si al cuarto se le podra hacer un trasplante de mdula que lo salvase. Era un caso difcil de diagnosticar; en Estados Unidos no haban dado con el gen causante del problema. Encontr las mutaciones culpables y, efectivamente, estaba indicado un trasplante porque se trataba de una mutacin de las clulas del sistema hematopoytico, pero en Macedonia no se haca.Sus mdicos le recomendaron que se fuera a Estambul, pero un da antes del trasplante, se muri. Fue una pena, pero con el diagnstico gentico esta familia pudo acceder a nuevas vas reproductivas. El matrimonio se someti a un diagnstico gentico preimplantacional ypudieron elegirun embrin que no tuviera la mutacin. Han tenido un quinto nio. Sano.Creo que eso es muy bonito, reconoce.

Sin estos hallazgos hubiese sido imposible que, en julio del 2018, un antiguo estudiante de su departamento pensara en su equipo ante las sospechas de que algo anmalo se le haba pasado a la justicia. Kathleen Folbigg era una madre cuyos cuatro hijos (Patrick, Sarah, Laura Elizabeth y Caleb) fallecieron de forma prematura sin que ninguno lograse alcanzar los dos aos. En un juicio en el ao 2003 fue condenada por haber asesinado a tres de ellos y cometer homicidio imprudente con el cuarto. La principal prueba en la que se bas la sentencia fueron unos diarios escritos por la propia Kathleen en los quese culpabilizaba por sus muertes. Este chico me llam y me dijo si crea que mereca la pena hacer una secuenciacin gentica. Haba estudiado este caso en la carrera como el de un caso atpico. Ya se enseaba en las facultades cmounas pruebas circunstanciales pueden acabar con una condena de veinte aos. Casualmente estaba viendo un documental sobre el proceso en la televisin y escuch que estos nios tenan patologas, me llam a m y a los abogados, relata.

Cuando la defensa se puso en contacto con ella, les dijo que si no encontraban a otrainstitucin que se hiciese cargo de la investigacin —algo ms gubernamental o de diagnstico puramente clnico, les sugiri—, se hara cargo. A esto se sumaba que, en un caso extremadamente meditico, Carola llegaba con la mente limpia. Aunque llevaba varios aos en Australia, no me haba enterado. Yo estaba en Canberra y era un caso de Sdney. Consuma ms las noticias internacionales que las nacionales. Pero el caso se lo qued ella.

Lo duro que es tratar de demostrar a la justicia que se ha equivocado

En 1942 un equipo de abogados trat de demostrar a un jurado popular de California, que Charles Chaplin no era el padre de una nia por la que Joan Barry haba denunciado al actor, exigiendo que se reconociese su paternidad y una pensin.La explicacin se bas enlos grupos sanguneos de los tres implicados (Chaplin, 0;Barry, A; y la nia, B). Las leyes de la herencia gentica hacan imposible que fuese su hija, pero el jurado obvi la ciencia y conden a Chaplin. El caso Folbigg no era solo una cuestin de ciencia; era una cuestin de lograr convencer con la ciencia en la mano.





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Nada ms recibir la documentacin del caso, Vinuesa confiesa que ya tena claro que algo haba pasado. Cuando te dicen que ha habido una epilepsia, quees una causa muy frecuente de muerte; o que ha habido una miocarditis, otra causa frecuente de muerte peditrica;que una nia le haban dado antibiticos y no haba respondido en cuatro das, ya ves que todo es muy raro. Es verdad que no era mi especialidad, pero estbamos seguros de que iba a ser algo cardiolgico. Yo saba ms o menos lo que bamos buscando, recopila la cientfica espaola. El reto era encontrarunamutacin, pero sobre todohacer entender al sistema judicial que esa era la causa de las muertes.

Una mutacin en una protena llamada calmodulinaresolvi el crimen, pero no el problema. Las muertes eran consecuencia de undefecto gentico y eso supona que la justicia deba rectificar. Ese ha sido el reto de los ltimos aos. La corona de Nueva Gales del Sur aport en el juicio a un equipo de genetistasque utilizaron una serie de criterios ultraconservadores, de esos que usas cuando tienes que decidir un tratamiento. Por ejemplo, si una mujer tiene una mutacin en un gen que puede causar cncer de mama, tienes que estar muy seguro de que la mutacin va a acabar desarrollando cncer, porque no quieres quitarle la mama a una mujerpor una mutacin irrelevante o designificado incierto.Pero tener a una mujer en la crcel es un caso distinto. No vas aextirpar nada a nadie, sino que se trata de conocer si hay una probabilidad razonable, razona la cientfica espaola.

Pero la realidad es que lo que se encontraron fueron trabas: Cuandohay una mutacin nueva que no se ha visto nunca en el mundo, necesitas datos y pruebas para demostrar que es patognica. Cuando empezamos, haba muy poca informacin y no nos queran dar ms. Ni el ADN del padre ni conseguimos el de los padres de Kathleen.No tenamos pruebas en los nios, a ninguno se le haba hecho un electrograma vlido. Entendimos que haba que bajar el listn, que si esta mutacin tena unas caractersticas aparentemente muy patognicas nose poda esperar a tener una informacin de la que nobamos a disponer. Si ya era muy difcil hacer entender todo esto a los mdicos, cmo se lo explicas a un juez?, expone.

Carola Vinuesa, en su laboratorio del Londres. Michael Bowles | EFE

Y luego estaban los dichosos diarios. Hubo un problema muy gordo, porque hasta la segunda revisin del caso no se llam a expertos psiclogos, psiquiatras y lingistas para interpretarlos. Durante todo el caso, el juez sinti que l poda interpretar los diarios de una mujer. En esta ltima revisin hubo diez expertos independientes, unos elegidos por la Corona y otros por los abogados defensores que, de forma unnime, dijeron que no haba nada incriminatorio, que era una madre buena y que los diarios reflejaban un momento de depresin, de angustia y de algo muy comn cuando fallece un nio: que la madre se sienta responsable.Todos los jueces que se encargaron del caso, en sus distintas fases, fueron hombres.

Despus de la tormenta, la victoria

A m, personalmente, en los juicios me han tratado mal. En el primero, porque directamente no nos crean y haba que desacreditar a un equipo.L intentaron de todas la maneras. Y en el segundo, porque haba que ir en contra de los jueces anteriores. Fue duro. Pero no pasa nada, valora Carola Vinuesa, que era una de las caras visibles de la defensa de una acusada que no gozaba de demasiada popularidad. Anadie le gusta admitir que se ha equivocado, apunta.

Sin embargo, el segundo juicio, que acabara por dictaminar la libertad de Folbigg, fue muy distinto. Carola asume que se pusieron las pilas. Durante la primera revisin judicial no haba ningn experto en la corte sobre calmodulina. Ni siquiera sobre cardiologa gentica. Haba genetistas, haba cardilogos, pero no un experto enla combinacin de los dos campos, y eso se not. En la segunda revisin haba mucho ms nivel, reconoce.Hasta tal punto que lleg hasta sus odos queelltimo juez del caso —el proceso cont con hasta diez magistrados distintos— lleg a tomarse un curso de seis semanas en gentica. Y eso me parece muy bonito, opina.

Kathleen Folbigg no podr recuperar los veinte aos pasados en una crcel, pero s su reputacin. Adems, el caso ha generadodebates profundos en la justicia de Australia que derivarn en cambios. Se ha creado conciencia. Cada vez son ms los casos que llegan a la mesa de Vinuesa; historias de mujeres condenadas sin pruebas de laboratorio o por diagnsticos conservadores. No es curar en frica, pero no est mal, se le dice. Carola se re y cambia de tema.


Lois Balado Tom

A Corua (1988). Redactor multimedia que lleva ms de una dcada haciendo periodismo. Un viaje que empez en televisin, continu en la redaccin de un peridico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ah. Cont historias polticas, cont historias deportivas y ahora cuento historias de salud.

A Corua (1988). Redactor multimedia que lleva ms de una dcada haciendo periodismo. Un viaje que empez en televisin, continu en la redaccin de un peridico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ah. Cont historias polticas, cont historias deportivas y ahora cuento historias de salud.



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